domingo 5 mayo
Opinión  |   |

Externalizar sin fin

El Ayuntamiento de Granada es uno de los que más servicios tiene “externalizados”. De entre las posibilidades que la ley le ofrece, gestión directa o contratación con empresas externas, viene apostando claramente por la segunda opción. Es una política que han aplicado todos los gobiernos del PP pero que también se ha mantenido en el tiempo que el PSOE ha gobernado la ciudad. Francisco Cuenca (PSOE), alcalde durante tres años y candidato a la alcaldía en 2019, se ha mostrado públicamente contrario a la remunicipalización de servicios.

Por supuesto que no hay que ser dogmático en casi ningún tema, tampoco en éste de las privatizaciones. La ley es clara, lo normal es la gestión directa y en caso de tener que optar hay que hacerlo por la forma más eficiente. Y la eficiencia se determina echando números. Se trata de matemáticas, no de ideología.

Hace dos semanas el Pleno aprobó la Memoria en la que se proponía la gestión indirecta de los servicios de recogida de basura y limpieza viaria. Ya me referí a él en mi anterior artículo. Pero dada la importancia del asunto (cuarenta millones al año durante los próximos quince años) no me resisto a insistir sobre el tema.

En ese Pleno, Manuel Olivares (Ciudadanos) llamó a Antonio Cambril (Podemos-IU) “comunista”. No me pareció que lo hiciera como insulto sino más bien como argumento para intentar descalificar su posición favorable a la remunicipalización del servicio. Claro que desde ese punto de vista también debería llamarle comunista al alcalde de Málaga, Francisco de la Torre (PP), que en marzo aprobó en el Pleno justo lo que ahora proponía Cambril. Por cierto, con el voto a favor de los concejales de Ciudadanos, que seguramente también han abrazado la fe comunista, según el criterio de Olivares, que lo mismo debería comenzar a llamarles a partir de ahora “camaradas”.

Curiosa fue la posición expresada por José María Corpas (PSOE) que comenzó defendiendo la apuesta de su partido por la gestión directa de los servicios pero, en una pirueta no exenta de cierta esquizofrenia, acabó defendiendo (y votando) la privatización.

Los partidarios de la gestión indirecta se escudaron en que la Memoria había sido redactada por técnicos municipales y que por tanto la decisión no era una cuestión política ni ideológica sino meramente técnica. Ya expliqué en mi anterior columna el artificioso método aplicado por los redactores de aquella Memoria para llegar a esa propuesta, aplicar al coste del servicio en gestión indirecta un recargo del 8% en la partida de gastos de personal (a pesar de que el convenio colectivo es el mismo) y un 6% a las partidas de amortización de inversiones y gastos de explotación para así poder concluir que el coste de la gestión directa es más cara que la indirecta. Pero sin explicar con datos concretos ni criterios objetivos el porqué se aplican esos determinados porcentajes de incremento de costes.

Por supuesto que todos los informes son respetables y también quienes los elaboran y suscriben. Pero eso no quiere decir que no puedan ser discutidos y discutibles o que deban quedar exentos de ser sometidos al escrutinio y contraste con otras opiniones técnicas. En el Ayuntamiento de Málaga también se ha elaborado una Memoria antes de tomar la decisión de remunicipalizar estos servicios. La ha elaborado un cuadro de técnicos al que por lo menos habría que otorgarle el mismo valor y reconocerle la misma cualificación que a los técnicos de Granada. No estoy proponiendo que tengamos que darle más razón a los técnicos malagueños que a los granadinos, pero al menos habría que pensar que puedan existir dudas razonables y que por tanto no estaría de más comparar ambos informes, e incluso otros distintos, para comprobar los datos y las conclusiones antes de tomar una decisión tan importante para la ciudad. Sólo un dato, el Ayuntamiento de Granada está en la ruina y el de Málaga no. Algo estarán haciendo allí mejor que aquí.

Pero además de este importantísimo contrato son decenas los contratos que cada año realiza el Ayuntamiento. Pronto vencerán los correspondientes a los programas de Deportes (adaptado, terapéutico, base, actividades físico-deportivas, acuáticas, etc.). Se trata de contratos de mucho menor importe y duración, que no incluyen inversiones, porque se realizan en instalaciones municipales, y cuyo gasto principal son el personal (monitores deportivos) y el material deportivo (balones, conos, cuerdas de gimnasia, juegos de petanca…).

Se trata generalmente de personal en situación de fijo discontinuo, con titulaciones especializadas que pueden ser de Grado en Ciencias del Deporte, Maestros especialistas en Educación Física, Grados en Fisioterapia o Técnicos Superiores en Actividades Físicas y Deportivas. Con salarios base de 5,8 euros/hora brutos, aunque sometidos a mejoras que pueden hacerles subir, según el contrato y la actividad, hasta los 10 euros/hora brutos, en algunos casos, no en todos. Con jornadas de trabajo mínimas, que bajan hasta las 1,5 horas/semana. Pero cuya facturación por las empresas contratistas puede llegar a costar al Ayuntamiento hasta casi 23 euros/hora.

Se trata por tanto, como en otros muchos casos, de contratos con dos características principales, precariedad para el personal y coste desproporcionado para el Ayuntamiento.

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Columnista
Miguel Martín Velázquez

Portavoz de Podemos Granada

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