martes 7 mayo
Opinión  |   |

Granada lo primero

No es la primera vez que escribo sobre la necesidad de defender a nuestra ciudad y a nuestra provincia. Granada es algo más que un territorio o una urbe. Granada somos sus gentes, quienes vivimos, trabajamos y sentimos aquí. No somos mejor que quienes viven en otros lugares. Pero tampoco peores. Somos lo que hacemos con nuestras vidas y nuestros talentos. Nos toca buscar la felicidad aquí y construir un futuro mejor para nuestros hijos y nietos. Y la mejor manera es hacerlo juntos, unidos, porque somos un cuerpo social, algo más que la mera superposición de individualidades.

El día 29 de diciembre varios miles de granadinos acudimos a abrazar el Parque de las Ciencias. Lo hicimos físicamente, rodeando el edificio y sus instalaciones, y lo hicimos también emocionalmente, porque lo sentimos parte de la ciudad, parte de nosotros mismos.

Una vez más nos sentimos agredidos. Y ya van unas cuantas. Cada vez está más extendido entre nosotros la sensación de ser postergados, de ser maltratados. Es cierto que tradicionalmente los granadinos hemos estado demasiado ensimismados, demasiado encandilados por la propia belleza de nuestra ciudad y su entorno, demasiado autocomplacientes, olvidándonos de mirar hacia el futuro. Y hemos dejado a otros hacer y deshacer con lo nuestro. Pero ahora estamos cambiando eso.

Me cuesta trabajo entender el porqué desde el gobierno andaluz se ha adoptado esa medida centralizadora respecto al Parque de las Ciencias. Cuando en los 70 reivindicábamos autonomía y descentralización lo hacíamos pensando que siempre es mejor gestionar las cosas desde la cercanía, desde el conocimiento, desde el sentimiento… Se han oído distintas versiones de los motivos para llevar a Sevilla la gestión del Consorcio del Parque de las Ciencias. ¿Acaso eso va a favorecer una mejor gestión? ¿supondrá un mayor control y eficiencia de los recursos públicos?. Lo dudo. La administración tiene los mismos mecanismos y las mismas normas en Granada que en Sevilla. Aunque no es difícil entender que la lejanía, la distancia, no sólo física sino también emocional, la mayor burocratización, no van a servir para mejorar el Parque. Pero no debemos olvidar que este no es un conflicto entre Granada y Sevilla sino entre los granadinos y quienes nos gobiernan.

Todo el mundo coincide en el éxito que el Parque significa en sí mismo, en cuanto al cumplimiento de sus objetivos científicos, divulgativos, educativos... Y también turísticos. Es uno de los museos con mejor nivel de autofinanciación de España. Genera recursos que cubren prácticamente el 50% de sus costes. Seguro que hay cosas que mejorar, siempre las hay, pero no dudo de que en Granada hay personas capaces de hacerlo. Y sí tengo serias dudas de que el traslado de la gestión del Parque a Sevilla no va a suponer ninguna ventaja ni mejora.

Como digo, esta es la última de las batallas a las que unos pésimos gestores nos han llevado. Antes tuvimos la de la fusión hospitalaria, la del ferrocarril (que sigue en pie porque el tren es algo más que un AVE de segunda), la del Tribunal Superior de Justicia, la de la renuncia a 9,4 millones de subvención europea para formación de personas desempleadas… Y otras más, como la del acelerador de partículas, la Vega, la contaminación, el desempleo, la pobreza, los cortes de luz… Y estas batallas son de la ciudad, de la ciudadanía granadina, no de un partido u otro o contra uno u otro partido, según el signo del gobierno que en cada caso comete la afrenta. Y eso significa que quien quiera estar a la altura de las demandas de los granadinos que lo demuestre, sin postureos, ni falsas fotos, ni apariencias. Aquí no cabe poner una vela a dios y otra al diablo. Los políticos que quieran ganarse el respeto de los granadinos lo tienen fácil, basta con que se pongan al lado de la ciudadanía en defensa de la ciudad y que en las distintas instituciones en las que ejerzan de representantes den un grito potente para impedir más atropellos. Basta de silencios cómplices, basta ya de esconderse. Que se ganen el sueldo y nuestro respeto.

Los granadinos no sólo debemos estar orgullosos de nuestros monumentos o de nuestros espectaculares paisajes, también debemos estarlo de nosotros mismos, de nuestra Universidad y su capacidad de generar y proyectar conocimiento, de nuestros emprendedores, que en circunstancias tan adversas son capaces de idear, crear y construir proyectos, de nuestros jóvenes, tan bien formados y capaces, de la gente sencilla que levanta esta ciudad y esta provincia cada día… Todos somos esta ciudad y juntos debemos mirar hacia el futuro.

Reclamemos lo que nos corresponde, nada más pero tampoco menos. Por derecho y con orgullo.

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Columnista
Miguel Martín Velázquez

Portavoz de Podemos Granada

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