Granada sin presupuestos
El Partido Popular, con Luis Salvador a la cabeza, vuelve a dar la espalda a las granadinas y los granadinos. La penúltima de sus acciones ha sido prorrogar los presupuestos del 2020. Esto significa darle continuidad a una propuesta de gasto caduca, ya que la realidad de hoy nada tiene que ver con la de hace un año. Es la enésima oportunidad que desaprovechan para ponerse al frente de la grave crisis económica y social por la que Granada está pasando.
Vuelven a demostrar el descontrol interno que hay en el equipo de gobierno del ayuntamiento de nuestra ciudad. De todos es conocido que no hay entendimiento posible entre Luis Salvador y Manuel Olivares, como tampoco lo hay entre éstos y el resto de concejalías del Partido Popular. La evidente fractura les impide llegar a ningún tipo de acuerdo entre ellos.
Ya en el 2020, la situación fue idéntica. En aquella ocasión, el PSOE de Paco Cuenca ejerció de mediador y se pudo llegar a un acuerdo para aprobar unos presupuestos, más necesarios que nunca, en plena crisis pandémica. La voluntad de los socialistas siempre fue apartarse de la polarización provocada por unos y otros. Granada fue la prioridad, y gracias a las diez concejalías del PSOE, no solo se aprobaron unos presupuestos, sino que también se incorporaron importantes medidas económicas a favor de las familias más vulnerables, trabajadores, autónomos y PYMES de nuestra ciudad, así como otras para hacer frente a la brecha social y digital que la COVID estaba provocando en parte de la ciudadanía.
Aquellos presupuestos se adecuaron a la primera fase de la crisis. No tenía sentido alguno seguir prorrogando unos presupuestos del 2016, que nada tenían que ver con mayo del 2020. El reconocimiento de la ciudadanía al PSOE fue público y notorio. Se les valoró que se dejaran de extremismos y ejercieran una política responsable con Granada. Aquello pareció molestarles a los del Partido Popular. Tanto es así que, para los presupuestos del 2021, al PSOE le han aplicado un cordón sanitario, a pesar de que Paco Cuenca, leal a las necesidades de la ciudadanía, siguió haciendo propuestas realizables.
El cordón sanitario realmente no se le hace al PSOE, sino a los miles de granadinos representados con los que el portavoz socialista se ha reunido a través de sus federaciones, sindicatos, colectivos, asociaciones de vecinos, y comités de empresa. Si echamos la vista atrás en el último año, Granada ha aumentado en casi un 28% la tasa de desempleo, lo que la convierte en la provincia más azotada de toda Andalucía. Con estos datos, a la ineficacia del PP en el ayuntamiento se suma la de Moreno Bonilla. De los 7000 millones de euros recibidos por parte del Gobierno de España, no ha llegado ni un céntimo a nuestra ciudad. Tampoco ningún plan de empleo para resolver la actual situación laboral de la ciudadanía granadina.
Granada ya no está paralizada. Granada va en retroceso. Los ayuntamientos de las grandes ciudades aprueban presupuestos, llevan a cabo acciones de las que se puedan estar más o menos de acuerdo, pero actúan. En Granada, el Partido Popular ha optado por ponerse de perfil y que cada cual se resuelva sus problemas. Prefieren no llegar a acuerdos con el PSOE, el grupo municipal mayoritario. Piensan más en el rédito electoral que en la ciudadanía. Flaco favor nos hacen cuando las cuentas se hacen para sumar o restar concejales, en lugar de hacerlas para sacar a las granadinas y los granadinos de esta crisis.
El PP debe reaccionar e Granada y en la Junta de Andalucía. Están en la cultura de los grandes titulares que nada tiene que ver con su verdadera gestión. El objetivo, en esta crisis social y económica, ha de estar en ayudar a las PYMES, autónomos y trabajadores, y no en generar un superávit en las cuentas. El dinero que proviene del Gobierno de España y de Europa está para invertirlo y no para ahorrarlo. La prioridad no está en la ciudadanía con las rentas más altas (letra pequeña de la supuesta bajada de impuestos), sino en no dejar a nadie atrás.
Popular ahora
