Luna creciente (Una piedra) (8-9-2014)
Una piedra
El emperador romano Marco Aurelio, hombre docto de su tiempo, escribió que “a la piedra arrojada no le importa caer ni subir”. Cierto. A una piedra le importa un bledo, una vez que ha sido arrojada, que la pedrada dé en la cabeza o en el omoplato de un individuo. Y parece, creo que es cierto, que la política que se practica en España, en toda España, es una piedra arrojada que le da exactamente igual caer que subir o ser pedrada que da en un ojo o en una parte más conspicua. Aquí la pedrada va por delante, y después se pregunta y se razona si se debía de haber lanzado la piedra. Fíjense ustedes hasta la altura que llega la estupidez política española, y ya que se ha declarado una nueva guerra institucional entre PP y PSOE en Granada por darle nombre, la Junta de Andalucía lo decide, al nuevo hospital del Parque Tecnológico de la Salud (PTS). Y lo que se debe de hacer, es aunar esfuerzos pacíficos para que el centro hospitalario se abra pronto y con las mejores condiciones para pacientes y trabajadores del mismo. Que nos gobiernen y administren las piedras, es indicativo de que vamos a recibir, el pueblo soberano, pedradas. Más pedradas de las convenientes. Y así desde que poseemos una democracia parlamentaria que está al servicio del partidismo de las formaciones políticas. Y sobre todo del bipartidismo PP-PSOE, que no está al servicio del pueblo soberano. ¿El nombre del nuevo hospital, Alejandro Otero, marcará la mejor o peor calidad sanitaria del nuevo centro hospitalario en Granada? No necesitamos piedras que nos gobiernen y administren, hacen falta partidos políticos que no den pedradas todos los días en lo que se parece a la democracia, pero que en realidad es la partidocracia.
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