Luna creciente (Inauguraciones) (30-3-2015)
Inauguraciones
Las elecciones municipales (con sus inauguraciones variadas, parcheos asfálticos de las vías públicas, aumento y renovación de las flotas de autobuses urbanos, arreglo de los colegios públicos, mejoras en las redes de aguas, etc. y etc.) están a la vuelta de una esquina o de dos. Ya se les ve las orejas, la pelambrera y las promesas que después serán bellísimas mentiras municipales. Aunque a nadie de los políticos se le ocurre inaugurar la dignificación de la vida pública. Nadie inaugura una interesante escuela adentro de las formaciones políticas para políticos honrados. Nadie inaugura en los partidos políticos una depuración real y efectiva de sus corruptos. Y nadie en las formaciones políticas inaugura un máster para conocer las ventajas de la cohabitación política entre gobiernos y oposiciones, por ejemplo. El PP acojonado por las elecciones autonómicas en Andalucía, sesudo él y neuronales aptos sus mandamás, ha decidido que va a prescindir de ministros y altísimos cargos, quizá solo el presidente Rajoy aparezca en los mítines para no perder comba ni culto a la personalidad, y pondrá en liza a los que son “alcaldables” por su cercanía con el ciudadano que vota en sus ciudades, pueblos y localidades. Es un horror la palabra “alcaldable”, esa que se la habrá inventado un iluminado de esos que aconsejan, los llaman “asesores”, a los mandamás de los partidos políticos en lo que deben de hacer o no hacer cuando llega una campaña electoral y hay que engañar, cosa fina y delicada, al electorado. Por cierto, un electorado que no tiene ni puta idea, por analfabeto político, a la hora y punto de votar. Y que termina votando a los malandrines corruptos y canallas sin tener remordimiento político de ciudadano con concienciación política y social elevada. Se ha abierto la veda de las inauguraciones, y a usted lo engañan con tres abalorios, una sarta de pedrería falsa y el clientelismo político.
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