Luna creciente (Poetas políticos y políticos poetas) (2-3-2015
Poetas políticos y políticos poetas
Aseguran que el asesinado presidente John F. Kennedy de EEUU, o lo parió él o se lo escribió algún asesor con conocimientos, nos inclinamos por el asesor, que si hubiese más políticos que supieran poesía y más poetas que entendieran de política, el mundo sería un lugar mejor para vivir. Yo me inclino porque debería de haber muchos más poetas que políticos. E independientemente de que sería más elevado para los espíritus, que los poetas conozcan el mundo de la política y los políticos alguna vez hayan leído a Ovidio debajo de una higuera lechal adornada con sus espectaculares hojas verdinas o a Vicente Aleixandre a la sombra de un joven granado en flor, y en el que zumban las polinizadoras abejas. Yo también creo, lo apostilló sin ira y sin envidias, que los zapateros deben de dedicarse a los zapatos. ¿Qué pasaría, en qué mundo viviríamos, si los albañiles, con todo respeto, se dedicasen a la política y los políticos a poner ladrillos creando hermosos tabiques desplomados? Poetas dirigiendo una multinacional de esas que son tan miserables que explotan a los trabajadores de los países pobres y también a Dios, a su Padre y al polifacético Espíritu Santo. Poetas dirigiendo fétidos entramados económicos de la corrupción política con sus oídos taponados, con sus bocas carradas y con sus ojos mirando como distraídos al Parnaso. Y por el contrario, políticos ripiando con los versos de unos poemarios de la santa madre que los parió o de las metáforas que son envidia de los vates que son idiotas, esos que nunca llegarán a ser hortelanos de los voxequibles que conforman poemas que pueden dejar pasmado a un emperador, a una puta erudita que no llevan ropa interior o a un leído gañan de mulos tordos cascabeleros.
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