lunes 29 abril
Opinión  |   |

Más impuestos y menos calidad de vida

Se ocultan a Granada dos asuntos que afectan directamente a nuestra ciudad y el Área Metropolitana. La primera tiene que ver con la sempiterna promesa del Partido Popular que bajará los impuestos, pero cuando llega al gobierno municipal, literalmente hace lo contrario. Es el caso del canon del agua. Y, el otro asunto es el plan de mejora de calidad del aire, que está actualmente en fase de alegaciones públicas sin que se sepa la opinión de nuestra Alcaldesa ante tal circunstancia que afecta a la calidad de vida de las personas de nuestra ciudad, que pasa por ser la tercera ciudad más contaminada del Estado Español.

Sobre el canon del agua hay que decir que para determinadas posiciones políticas y empresariales es una prestación patrimonial de carácter público no tributario a cargo de la ciudadanía, que se exige por el servicio gestionado de forma directa o indirecta. En nuestro caso, Emasagra. Sin embargo, la naturaleza del canon es tributaria, es decir, es un impuesto que grava la utilización del agua con la finalidad de financiar infraestructuras hidráulicas sea cual sea su naturaleza, siempre y cuando tengan que ver con el ciclo integral del agua de uso urbano. El nuevo canon sobre el agua fue acordado por el anterior gobierno local (PSOE), lo que motivó que el grupo municipal de Podemos e Independientes de Granada impugnara ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía dicha imposición, básicamente por dos razones, no se trata de un canon progresivo (no paga más quien más consume) y porque es discriminatorio, habida cuenta que, el coste de las nuevas infraestructuras solo sería soportado por los vecinos de Granada y sus barrios sin recibir servicio alguno y no por los municipios beneficiados que no pagarían nada.

Al llegar el Partido Popular al gobierno local en vez de ser coherente con su filosofía no solo no ha eliminado dicho tributo, sino que ha consolidado la Ordenanza que lo impone realizando importantes modificaciones a la misma que rompen, así mismo, con el propio modelo de tarifas vigente, lo que encarecerá de forma arbitraria el precio del agua. Lo que ha sido alegado por la confluencia política compuesta por Podemos, Alianza Verde e Independientes (Granada se Encuentra), que ha solicitado la derogación de la citada Ordenanza.

En relación al Plan de Mejora de la Calidad del Aire solo basta una lectura superficial para concluir que la contaminación de nuestra ciudad es equiparable a la de una urbe industrializada, sin que se haga la más mínima referencia al impacto que ello conlleva sobre el cambio climático. No se observan previsiones ni escenarios sobre el modelo climático que mejor interesa para combatir el aire corrompido que respiramos en Granada, que la sitúa en la sexta ciudad más contaminada de Europa. El plan adolece de perspectiva de género pues la contaminación afecta más a la mujer embarazada al llevar consigo disruptores endocrinos que pueden provocar sufrimiento y/o mal formaciones del feto.

La contaminación que soportamos, además, tiene un fuerte impacto económico para Granada al ser generadora de enfermedades, bajas médicas y tratamientos médicos, cuestión que, obviamente, no se señala por ser lo que interesa al modelo sanitario privatizador del gobierno andaluz que prefiere el de reparación (cuantos más enfermos potenciales mejor), lo que es muy rentable para el sector privado de la sanidad, en vez del modelo preventivo de salud, esto es, tener una población lo más sana posible.

Otro dato importante es que las mediciones que se han hecho no se han tomado a diferentes alturas, cuando es sabido, que cuando más baja es la medición más alta es la contaminación, lo que afecta a las personas de poca estatura y, especialmente, a los niños. Resultando, además, según se deduce del citado Plan, que el tráfico no es la mayor causa contaminadora. Sin que tampoco se haga mención, como factor desencadenante la presencia en el área metropolitana de dos aeropuertos, uno militar y otro civil.

Según informa la Comisión Europea la aviación genera un efecto contaminante en torno al 14% de las emisiones de gases de efecto invernadero del transporte. El impacto de esas grandes infraestructuras en el medio ambiente genera el efecto de la acumulación de personas en esas instalaciones en grado exponencialmente mayor que si las comparamos con un centro comercial pues en los aeropuertos se generan aguas residuales cuyo tratamiento puede generar metano. Más efecto invernadero.

En síntesis, los descritos son los modelos de gestión del partido popular cuando gobierna en Granada. Más impuestos y menos calidad de vida.

Publicidad
©Queda totalmente prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta noticia sin autorización expresa de la dirección de ahoraGranada
Columnista
Salvador Soler

Publicidad
DÍA A DÍA
Desarrollado por Neobrand
https://ahgr.es/?p=244281