lunes 29 abril
Opinión  |   |

Pongamos que hablo del Distrito Norte

Vayamos por partes. Es habitual escuchar y leer a personas dirigentes de distintas formaciones políticas, medios de comunicación, articulistas, que al referirse al Norte de Granada lo hacen como zona, o como polígono, lo que amplía la sensación de gueto. Veamos esto. La definición de zona se refiere a una “extensión considerable de terreno que tiene forma de banda o franja”. Lo de polígono, tiene una acepción por similitud a una forma geométrica y no tiene relación con un “polígono industrial”. Así que, llamar “zona” o “polígono” a lo que es un Distrito municipal que integra los Barrios de Almanjayar, Campo Verde, Cartuja, Casería de Montijo, Parque Nueva Granada, La Paz y Rey Badis, se puede considerar discriminatorio y excluyente de la ciudad de Granada. Por tanto, qué tal si para empezar eliminamos los tópicos típicos y cuando hablemos del conjunto de sus Barrios lo llamamos por su nombre: Distrito Norte. El lenguaje inclusivo es una herramienta integradora muy efectiva para eliminar prejuicios.

Por otro lado, desde el principio, el Distrito Norte, nunca ha estado entre la atención real de las autoridades municipales. Las políticas locales municipales han brillado, brillan, por su ausencia, aun cuando cuatro de los Barrios del Distrito (Almanjayar, Rey Badis, La Paz y Cartuja) son los más pobres de Granada, con riesgo de exclusión social, lo que se ha subrayado por el Informe del Observatorio de Desigualdad de Andalucía de 2023. El desempleo lo castiga con especial dureza, basculando entre el 40% y el 50% de su población y la actividad empresarial y/o emprendedora se puede calificar de simbólica y para nada alcanza el impacto económico del centro de negocio y de ocio conocido como “La Granaíta”, que pertenece al municipio de Pulianas.

Una situación en particular es consustancial al declive del Distrito Norte: los cortes de luz. Se achacan a las plantaciones de marihuana. Es la excusa perfecta para todos los gobiernos municipales y andaluces habidos hasta ahora para eludir su intervención y exigir a Endesa que renueve la instalación eléctrica, siendo irrefutable que la incidencia de dichas plantaciones en el corte del suministro de electricidad no supera el 4,8% por los enganches ilegales en la red eléctrica, por lo que, el 95, 2% es responsabilidad de ENDESA y sus deficientes instalaciones. La petición de amparo institucional a la Unión Europea hecha por el Defensor de la Ciudadanía de Granada ha provocado la apertura de un expediente a España y ha instado a su Gobierno que actúe y resuelva esta vergonzante práctica de hacer recaer el gravamen personal y económico sobre las familias, comercios, centros públicos educativos y sanitarios, poniendo en riesgo a la propia población, especialmente a la dependiente a cuyo tratamiento le es preciso estar conectado a la electricidad. Todos ellos, además, cumpliendo con el contrato eléctrico sin recibir el servicio por el que pagan. Del incumplimiento no responde la compañía eléctrica ni hay autoridad local y/o autonómica (están desaparecidas) que le exija responsabilidad, aun las denuncias y reclamaciones que no obtienen más respuesta que la culpa es del cultivo de cannabis, lo que es literalmente falso.

El Distrito Norte tiene unas necesidades básicas imprescindibles en sus Barrios que requieren ser cubiertas para ir saliendo del pozo en el que le han metido por la inactividad de los diferentes gobiernos locales de Granada, incapaces por incompetencia. Esas carencias deben ser inmediatamente atendidas dentro de un plan de actuación integral con resultados a corto y medio plazo y que pasan, en síntesis, por actuaciones sencillas, tales como la mejora en la movilidad por tráfico, especialmente en lo relativo al transporte público, la educación vial y estacionamientos públicos. También en lo referido, tanto, al medio ambiente, la limpieza, en especial a las zonas de uso común, como parques y jardines públicos, como el mantenimiento de infraestructuras, instalaciones, alumbrado público y conservación de edificios. Asegurar la seguridad y protección ciudadana es algo elemental hoy en día y por ello no se entiende por qué no se atiende la petición vecinal de la policía de barrio, como tampoco el nulo fomento de la participación ciudadana y el escaso apoyo a las actividades culturales y de ocio. Es inaplazable un plan educativo contra el absentismo escolar y la promoción pública de acceso adecuado a la vivienda. Y, por supuesto, la renovación de la instalación eléctrica por Endesa.

Son necesidades básicas que debieran estar aseguradas en su totalidad en el Distrito Norte. Lo incomprensible es que se siga parcheando y mirando para otro lado, como si el problema no existiera, lo que va en detrimento de la ciudad de Granada.

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Columnista
Salvador Soler

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