domingo 5 mayo
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Relatos cortos sin recortar (El ciudadano perruno Igor González VI) (27-3-2015)

El ciudadano perruno Igor González (VI)

 

A esas horas tan inoperantes, la noche era totalmente lobuna. Aunque el ciudadano perruno Igor González, recogido en su íntima creatividad, se afanaba por componer un poema sobre el voto que sueltan los ciudadanos en las urnas electorales sin sopesar el valor que éstos poseen para la democracia de un país. El perruno intentaba darle forma poética al voto cautivo y subsidiado del clientelismo político que hace que un ciudadano tenga amo político y que esté encadenado al esclavismo de una formación política. Pero no daba el perruno ciudadano con la clave oportuna y bella para que el poema fuese excelso y genial. Quizá el perruno estaba despoetizado y en ese estado creativo que es obtuso. No obstante, el perruno se esforzaba por componer uno de esos poemas a los que después los críticos les ponen objeciones y no les dan su lugar exacto, ese espacio que debe de ser libre de perjuicios, objetivo y sin amiguismos e intereses inconfesables. La poesía siempre debe de ser una herramienta excelsa que induce a la natural cultura.

 

-No rima corrupción con democracia. ¡Cojones! Corrupción no rima con político hijo de puta, ese que se enriquece con las corruptelas que a él lo hacen rico y que también son fuentes de financian a su partido político. ¡Me cago en todo lo que se menea! Aunque corrupción rima con todo lo que termina en “on”. Como maricón. No tengo ninguna inspiración, que sí rima con corrupción, a estas horas de la noche. Son las cuatro de la madrugada, y yo sin que las musas me abracen con pasión agarena para componer un poema que se cague la gata por ser la genialidad acostumbrada de un poeta como yo, y ya que soy genial y de besos en la misma boca por mis poemarios- se decía así mismo el perruno con los ojos caídos al suelo, sin objetividad con él mismo y con la boca abierta por el sueño acumulado. Y eso que ni siquiera se le ocurrió ir a votar.

 

En la jornada de casi todo ese día, de nueve de la mañana a ocho de la tarde, se habían celebrado las elecciones autonómicas en la Comunidad Autónoma en la que mora y trabaja y duerme y respira el ciudadano perruno Igor González. Y ahora era la noche solemne del bellísimo recuento de votos. Y había ganado las elecciones autonómicas el partido más corrupto del arco electoral, ese que lleva más de treinta años afanando todo lo que puede y más con sus corruptelas variadas. Aunque el perruno solo pisó la calle en ese día electoral para ir a comprar los periódicos, leerlos y tomar café, el ciudadano Igor González estuvo bien informado de los acontecimientos electorales porque las cadenas televisivas, las privadas y las públicas, estuvieron, a partir de las ocho de la tarde, dando datos e informando a pie de la salida de los colegios electorales sobre como había sido el voto de la ciudadanía, y para intentar reflejar con los datos obtenidos un arco de los partidos que obtendrían representación parlamentaria. Y desde el primer momento, el partido de los progresistas socialdemócratas de guante blanco era el que fue apareciendo como ganador de la cita electoral autonómica.

 

-¿Y cómo es posible la incultura política de la ciudadanía? ¿Votar a los mismos que llevan más de tres décadas con sus corruptelas es masoquismo político? No se debe de votar, hay que castigarlos, a los que salen todos los días en los medios de comunicación como presuntos autores de corrupciones políticas y empresariales. Y además, sin que ninguno dimita. Los partidos políticos son antidemocráticos, y ya que se financian con estas corrupciones. Hay que seguir luchando sin denuedo como cuando la dictadura del  general Franco, esa tan feroz y asesina, era santo y seña del día político español. No hay que caer en el desconcierto ni en el desanimo. El enemigo está ahí, y siempre medrando y socavando las libertades individuales y colectivas. La lucha se entiende dura y larga- se volvió a decir para sus adentros el perruno ciudadano.

 

El perruno ciudadano Igor Gonzaléz, sigue afanándose en lo de cultivar vocequibles poéticos, se comporta como ese buen hortelano que igualmente cultiva hortalizas para regusto suyo, de los suyos y de los extraños que adquieren sus tomates, lechugas, habas, patatas y pimientos en los establecimientos que los tienen que encarecer porque existen los intermediarios que son los que realmente se benefician del agotador trabajo de los campesinos. El perruno cree que ahora ya va por el buen camino de construir versos con un sentido poético excelso. Y porque ha dejado la rima y está construyendo versos libres de esa rima que no va con los tiempos actuales. Aunque el perruno no se mete, no entra ni sale, con la creatividad de otros vates que son clásicos y rimadores. La libertad creativa debe de ser lo más importante. Y la crítica libre de los intereses espurios e interesados también debe de ser totalmente objetiva. Ahora la noche ya no aúlla lobuna, y el perruno ciudadano ha encontrado la senda creativa. Ya a la corrupción política, le ha encontrado con quién rimar. No rima con nada. El perruno ciudadano conoce a esas horas de la madrugada en las que ya amanece, que corrupción no rima con nada de lo que es democrático. Lo que es democrático, nunca puede ser algo que es corrupto. Ni tampoco indeseable y ruin. Lo democrático no es más que el bien común. Es lo que es de todos. Es lo que es libre y sin ataduras. Es la justicia para todos. Es la igualdad para todos. Es las oportunidades iguales para todos. Es la cultura libre. Es la enseñanza libre.

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