lunes 29 abril
Opinión  |   |

Tiempos de confusión

Platón, en el mito de la caverna, advierte del peligro de confundir la realidad con la mera apariencia. Se trata de una alegoría, escrita hace 2.400 años, que en mi opinión tiene plena vigencia.

En palabras de Catalina Arancibia, el relato hace imaginar a “un grupo de prisioneros que se encuentran encadenados desde su infancia detrás de un muro, dentro de una caverna. Allí, un fuego ilumina al otro lado del muro y los prisioneros ven las sombras proyectadas por objetos que son manipulados por personas que pasan por detrás. Los prisioneros creen que lo que observan es el mundo real, sin darse cuenta de que son las sombras de esos objetos.”

Los ciudadanos conocemos la realidad de lo que sucede a través de la información que nos transmiten los medios de comunicación (tv, radio, prensa...) o las redes sociales. No nos llega toda la realidad sino aquella que los medios seleccionan y en la forma en que cada medio la cuenta. Es evidente que en información la neutralidad o la asepsia absoluta son imposibles, incluso puede que inconvenientes, pero hay que reconocer que en muchas ocasiones la distorsión de las sombras proyectadas puede ser de tal calibre que lo que creamos real no sea más que una falsa apariencia.

En estos momentos la noticia estrella es la ley de amnistía. Se trata de una norma que, caso de aprobarse, beneficiará a unos pocos dirigentes políticos catalanes y a unos cientos de personas más, pero no afectará a la vida de la inmensa mayoría de españoles. Al mismo tiempo se ha aprobado una subida de las pensiones del 3,8% que afecta a diez millones de pensionistas a quienes, en positivo, se garantiza el mantenimiento del poder adquisitivo, aunque habrá de pagarlo el resto de ciudadanos a través de las cotizaciones e impuestos, con todo lo que eso significa. Es evidente que esta medida tiene efectos mucho más importantes que la ley de amnistía pero sin embargo se le presta menor atención en la realidad contada.

Se convierten en noticia relevante las quejas corporativas de la judicatura por las críticas que desde la tribuna del Congreso hicieron los portavoces de varios grupos parlamentarios a las actuaciones del juez García Castellón. Se plantea como violación de la separación de poderes. Sin embargo hemos visto a grupos de jueces, con toga incluida, manifestarse en contra de una ley (decisión política del parlamento) incluso antes de que se conociese su texto. ¿Significa esto que los políticos no pueden discrepar de las actuaciones de algunos jueces pero los jueces sí pueden criticar las intenciones o decisiones del poder legislativo? ¿Criticar la actuación de un juez es atacar a todo el Poder Judicial? ¿Acaso hay duda a estas alturas de que hay jueces que hacen política en sus actuaciones?. Evidentemente no todos los jueces hacen lawfare, igual que no todos los políticos son corruptos, pero eso no debería impedir que se opine de unos y otros y se denuncie públicamente.

Continúa la destrucción y el genocidio en Gaza. ¡Qué diferencia de valoración y de posicionamientos gubernamentales entre esta guerra y otras!. Varas de medir muy distintas para cada caso. ¿Por qué?

El Tribunal Supremo ha sentenciado que la expulsión de menores a Marruecos en 2021 fue ilegal. El ministro Marlaska no se da por aludido. La derecha arremete contra él por su “gestión caótica” en el Ministerio del Interior pero muchos de sus dirigentes defienden políticas aún más duras que las ejecutadas por el actual ministro. Lo grave es que se ha vulnerado la ley y los derechos de los menores, no solo si la gestión del Ministerio es más o menos caótica. Es cínico criticar determinadas actuaciones y a la vez proponer y apoyar medidas aún más extremistas.

La renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) lleva cinco años bloqueada por parte del Partido Popular, que ha ido cambiando de excusas para justificar su vulneración de la Constitución, de la que siempre pretende aparecer como adalid. La ley debe cumplirse y si hay que reformarla se cambia, haciendo propuestas en el Congreso, negociando su articulado y consiguiendo el voto de la mayoría.

Haciendo chantajes, al margen de la ley, el PP se pone a la altura de Junts, cuya actitud tanto ataca. Lo que está detrás del bloqueo es una simple batalla por el control del CGPJ, cuya actual composición, conformada con la ley que ahora se pretende cambiar, se corresponde a la mayoría que el PP tenía entonces, cuando altos dirigentes del partido presumían de controlar ese órgano y, a través de él, la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, justo donde finalmente acabarían los casos de corrupción del propio partido. No se propuso entonces cambio alguno en el modelo de elección del CGPJ que se pactó vía reparto de cupos entre PP y PSOE, como se ha venido haciendo desde la Transición.

La propuesta de que el CGPJ lo elijan los jueces ¿no puede obedecer más que nada a que la mayoría de éstos son conservadores?. Es evidente que convertir al CGPJ o al Tribunal Constitucional en cámaras bipartidistas, de mayorías turnistas entre PP y PSOE, no es razonable. Pero es lo que ambos partidos han venido haciendo durante décadas. El debate debería ser cómo asegurar que tales órganos sean realmente independientes y no cómo cada cual obtiene mayoría de control sobre ellos y menos aún cómo se asegura una mayoría conservadora.

Se hacen públicos los beneficios de los bancos. Nuevos récords de ganancias, incluso una vez descontados los nuevos impuestos aprobados en la legislatura anterior. ¿Acaso no es justo que los bancos paguen más impuestos si tienen más beneficios?. Cualquier ciudadano sabe que paga más impuestos cuantos más ingresos tiene y que a medida que éstos aumentan lo hacen también los tipos que se le aplican. ¿Por qué la derecha se opone a aquellos impuestos? ¿Por qué al PSOE le costó tanto aprobarlos y siempre tiende a su rebaja o a darles carácter temporal?

Los agricultores vuelven a movilizarse. Más allá de los altercados, los bloqueos o las molestias que se provocan habría que profundizar en los motivos y sus soluciones. ¿Cómo es que se mantienen las diferencias abismales de precios entre el origen y los consumidores? ¿Ha servido para algo la rebaja del IVA en determinados productos que no sea para aumentar los beneficios de sólo una parte de la cadena de comercialización? ¿Cómo es posible que se diga que se apoya a los agricultores y a la vez se favorezcan las importaciones de productos de terceros países en los que no se exigen las medidas sociales y ambientales que se aplican en la UE?

La realidad es compleja. La información siempre es selectiva. Pero al menos debería serlo en base a los intereses de la ciudadanía y con las noticias tratadas en profundidad, más allá de las anécdotas más espectaculares, ahondando en las causas y efectos reales de lo que sucede.

Como en el mito de Platón, es necesario salir de la caverna para ver la realidad tal y como es y exigir que la información sea veraz y adecuada a la complejidad de los hechos. Podemos comenzar por dejar de ser meros consumidores de noticias para cuestionarnos lo que pueda haber más allá de las sombras que se nos proyectan a través de la verdad publicada.

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Columnista
Miguel Martín Velázquez

Portavoz de Podemos Granada

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