Y ahora, el lío del agua en La Zubia
“Si, soy de La Zubia, bautizado con agua de Corvales”. Esta es la seña de identidad del zubiense “de pura cepa”. Porque si algo llevan a gala, es tener un pueblo enclavado entre la vega y la sierra, muy cerquita de granada, y en parque Natural de Sierra Nevada, con un inmenso acuífero que siempre ha surtido de agua al pueblo, sus gentes y su vega.
Un pueblo que tiene agua, es un pueblo rico, un pueblo vivo, con historia y sobre todo con futuro.
Lamentablemente, aquellos tiempos de bonanza, donde el agua corría por las acequias, por los aljibes y pozos, donde las vecinas regaban las calles, refrescando placetas y asentando el polvo, para salir a las puertas a charlar, en los atardeces de verano…. Ésos, no volverán.
Un pueblo tan rico en patrimonio, como La Zubia, está en las manos equivocadas. Desgraciadamente para los Zubienses, su alcaldesa Puri López, “se lava las manos”… y no quiere revocar su decisión, adoptada en el pasado pleno de septiembre, de ceder las competencias sobre la gestión, del ciclo integral del agua, al consorcio Sierra Nevada Vega Sur.
Desde septiembre entramos como miembros “de pleno derecho”. Tanto a la alcaldesa, como al resto de concejales del gobierno local de Izquierdas (IU, PSOE y Ganar La Zubia en Común) se les olvida, que los derechos vienen acompañados de obligaciones. La consecuencia directa de este derecho de cesión del agua al consorcio, es la obligación de acatar sus tarifas, que son mucho más elevadas que las de La Zubia. Con terribles consecuencias para el vecino zubiense: Pagaremos nuestra agua, la de corvales, la de la zubia de toda la vida, a precio de oro. Para ver, en breve, cómo nos suministran agua de Canales y Quéntar, agua de Granada, por el canal de Loaysa, clausurando y condenando al ostracismo nuestros pozos.
Esto no va de izquierdas ni derechas, no va de colores ni partidos, va de sentido común. Sentido de la responsabilidad, y lealtad con los vecinos. No podemos consentir que a la Zubia le quiten su agua, porque le estarían quitando parte de su identidad, además de su dinero.
Es triste ver, como un pueblo que tiene tan preciado recurso, lo pierde. Una agonía, que incrementa el dolor de muchas familias cuya maltrecha economía se llena de cargas. Y mientras los vecinos asisten atónitos e impotentes, al cruce de acusaciones, a las improvisaciones y ocurrencias de unos dirigentes que ya han decidido a instancias de otros intereses.
En los pueblos, aún funciona el boca a boca, la noticia en el súper, en la farmacia o en el parque, que corre como la pólvora los últimos días, es que el agua de La Zubia, seña de identidad de los zubienses, ya no será de La Zubia. No se decidirá sobre ella en el ayuntamiento, sino que decidirán otros fuera de la Zubia.
Juntos tenemos que solucionar esta situación y hacer reflexionar a la alcaldesa, para que revoque su decisión de integrarse en el Consorcio, cediendo todas las competencias sobre el ciclo integral del agua. Y perdiendo el ayuntamiento su posición en el contrato con Emasagra, donde se subroga el Consorcio en la posición del ayuntamiento, lo que nos impide recuperar la gestión directa del agua en 2027, cuando se termina el contrato con la empresa.
Las decisiones que se tomen, tienen que ser para beneficiar a los zubienses y no para darles otro mazazo importantísimo.
Termino, querido lector, rogándote que no te quedes de brazos cruzados, no te laves las manos, porque aún estamos a tiempo: Si eres de la Zubia, bautizado o no, con agua de Corvales, ven y reclama que las competencias sobre el agua se queden en el ayuntamiento. Es una reivindicación justa. ¿No les parece?
