José y Gabriel de la Tomasa protagonizan la nueva sesión de 'Flamenco viene del Sur' en el Teatro Alhambra
Se trata de una cita muy especial con las hondas raíces flamencas de una gran familia cantaora
José de la Tomasa es descendiente de los míticos Manuel y Pepe Torre, e hijo de la Tomasa y Pies Plomo. Foto: aG
Este lunes día 11 de abril, con el espectáculo 'De la misma sangre', el Teatro Alhambra propone una cita muy especial con las hondas raíces flamencas de una gran familia cantaora. José de la Tomasa, descendiente de los míticos Manuel y Pepe Torre, hijo de la Tomasa y Pies Plomo, es uno de los principales exponentes del flamenco actual, un defensor a ultranza de la pureza del cante que en su voz suena inmaculada. En los cantes y la voz de José podemos degustar los aires propiamente gitanos de su casa, impregnados de su personalidad y respetando siempre la raíz de cada cante, dándoles así su cadencia y acento.
Y junto a él su hijo, Gabriel de la Tomasa, joven pero no por eso menos conocedor de los estilos y palos más populares del flamenco. Su voz dulce, fina pero potente, le ha permitido poder aromatizar los cantes con una frescura actual pero siempre sin que estos pierdan su entidad. Gabriel de la Tomasa mezcla en sus cantes sabores de ayer y hoy, interpretando en ellos letras que él mismo compone, como la cantiña 'De la misma sangre'.
Ya son 19 los años en los que 'Flamenco Viene del Sur' cumple su tradicional cita con el público andaluz. Este ciclo, que reúne a un elenco en el que están representados distintos lenguajes y formas de expresión, juventud y veteranía, experiencia y modernidad, tiene un denominador común: el talento. Porque si algo caracteriza al flamenco actual es el talento que atesoran las distintas generaciones que conviven hoy en este arte, que lo convierten en una manifestación cultural llena de matices y de creatividad en el que las raíces desde las que surge el flamenco están sin duda presentes en todos y cada uno, en todas y cada una, de los y las artistas de este ciclo. Raíces que conviven con los nuevos tiempos, con los aires del siglo XXI, demostrando, de esta forma, que el flamenco posee unos mimbres sólidos y consolidados para poder decir, sin miedo a equivocarnos, que le espera un brillante futuro.
