Un año para olvidar en el Granada CF
El club rojiblanco dice adiós a 2022, en el que perdió la categoría y bajó a Segunda División y volvió a recomponer su estructura interna
En el imaginario colectivo, 2022 será recordado para el granadinismo como el año del descenso a Segunda División del Granada CF después de un día fatídico en el que todo se alineó en contra de los intereses rojiblancos para obtener una permanencia que no llegó.
El año que termina no será recordado especialmente en positivo para la entidad, pues en mayo se consumó lo que algunos ya auguraban al comienzo del año y otros no querían creer. Sin embargo, aquel día de mayo, pese a que el Granada CF solo bajaba en tres de los 27 supuestos posibles, su empate ante el Espanyol y las victorias de Mallorca y Cádiz propiciaron la caída a la división de bronce.
Esta fue la punta del iceberg que puede dividirse en dos periodos bien diferenciados para el club. Uno hasta mitad de año, en el que Robert Moreno tuvo que ser destituido por sus malos resultados, Rubén Torrecilla intentó reconducir la situación sin lograrlo en cinco partidos y Aitor Karanka hizo lo que pudo para salvar al equipo, algo que finalmente no pudo lograr.
Todo ello bajo el paraguas de los mandatarios chinos, que dejaron claro de nuevo su nefasta capacidad para revertir una situación compleja, fruto de la mala planificación encabezada por la directora general entonces, Patricia Rodríguez; y el director deportivo, Pep Boada, que cayeron tras consumarse el peor de los augurios posibles.
Mitad de año
Después de una manifestación de aficionados en el Ayuntamiento, los mandatarios chinos del Granada CF hicieron propósito de enmienda para tratar de reconducir la situación y la grave crisis institucional.
De este modo, nombraron a Sophia Yang como la primera mujer presidenta del club y designaron a Alfredo García Amado como director general, ya también consejero; y a Nico Rodríguez como director deportivo para confeccionar una plantilla de garantías en busca del ascenso.
En el ámbito institucional, con los rumores de venta sobre la mesa, el Ayuntamiento ha sacado el concurso de cesión de Los Cármenes durante 30 años, pero el club ha alegado y en su primera convocatoria ha quedado desierto. Además, se ha trabajado por coser las heridas con las peñas, el granadinismo y la sociedad.
La Segunda División no está siendo un paseo como el más optimista del lugar pudiera creer. El Granada CF ha despedido el año y cerrado la primera vuelta haciendo los deberes como local, sin embargo dejando mucho por resolver lejos de Los Cármenes.
Es ahí donde los rojiblancos han reducido considerablemente su margen de error, hasta el punto de que la mala racha de resultados sin ganar fuera -solo se ha vencido un partido en la primera vuelta- provocó la destitución en Oviedo de Aitor Karanka, al que sustituyó Paco López.
Ni la plantilla era de tanta calidad como se hizo ver en el mercado ni la Segunda iba a recibir con los brazos abiertos al Granada CF, que despide el año con el mal sabor de la eliminación copera también, aunque enganchado a los puestos de arriba y la aspiración de poder competir hasta el final del campeonato el ansiado ascenso de categoría.
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