miércoles 8 mayo
Opinión  |   |

El milagro de la primera semana

La estrambótica campaña electoral municipal del pasado mes de mayo no puso ante nuestros ojos la inmensa y potencial capacidad de trabajo de Carazo quien, en un alarde de superpoderes, nos fue dejando una lista trufada de acciones que todas ellas se llevarían a cabo en la primera semana de su gobierno. Más que una candidata parecía Hércules sometiéndose a una constante lista de pruebas solo al alcance de un ser de naturaleza semidivina.

Los granadinos, cegados por tal despliegue de fuerza y luz, acudieron a las urnas con el voto dispuesto y la esperanza depositada en tal exhibición. Pero el tiempo, juez implacable, demostró que tal panoplia de deseos no fue más que un cantar de sirenas que tornaron a Hércules en Ulises y los votos en barcos arrojados a los arrecifes de la mentira.

La alcaldesa Carazo no solo no hizo nada de lo comprometido en su primera semana, sino que aprovechó esos días para rendir pleitesía a sus jefes, patrocinadores y valedores, no sabemos si para dar las gracias o para celebrar lo que ella realmente deseaba (y desea) que no es otra cosa que partir para Madrid a la mayor brevedad posible.

No obstante la tozudez de los hechos rompió, por el momento, su camino a Madrid, y quien en siete días iba a dejar el Génesis en un folleto sin valor, anda atascada en la tarea de subirnos los impuestos y en recortarnos derechos. Es lo que pasa cuando no se tiene proyecto político alguno (ni se le espera). Permitan que haga una breve recopilación de sinsabores, subidas, recortes y silencios, con los que Carazo ha trufado sus primeros seis meses de gestión manifiestamente mejorable. Nos ha subido el IBI, especialmente a comercios en todos los barrios; nos ha subido el agua, algo que empezaremos a ver en los próximos recibos; ha subido los entierros aplicando una subida salvaje en las tarifas que acumula el IPC de los últimos años. Y a pesar de contar con una muy amplia mayoría absoluta, no ha sido capaz de sacar adelante un proyecto de presupuestos.

Más recientemente, en esta cadena de despropósitos, y sin despeinarse, ha recortado el 46% del presupuesto en programación cultural del Centro Lorca y nos deja sin conciertos ni espectáculos en el Palacio de los Deportes con la excusa de una obra, que les ha venido como anillo al dedo.

¿Alguien puede dar más por menos? Es complicado, pero es que su escuela no estuvo en Valladolid, sino en la academia política de Torres Hurtado, a quien no ha tardado en homenajear y recomponer en el altar de ídolos caídos, a pesar de que los más de 300 millones de euros de deuda que arrastra el Ayuntamiento de Granada llevan su firma.

Ella es así, bien nacida y muy agradecida, en especial con quien le dio la oportunidad de entrar en política, aunque las consecuencias de esa entrada fueran una hipoteca de por vida en las cuentas de la ciudad. Gracias por tanto, alcaldesa.

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Columnista
Juanjo Ibáñez

Concejal del Grupo Municipal Socialista del Ayuntamiento de Granada

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