En igualdad, mucho por hacer y con Sánchez, retrocediendo
El 8 de marzo se ha convertido en una fecha señalada y destacada en el calendario social y político. Se celebra el Día Internacional de la Mujer, una jornada que sirve para recordar y poner en valor todos los avances logrados hasta la fecha, pero también para destacar el camino que aún nos queda por delante para conseguir la igualdad real entre hombres y mujeres.
Si hablamos de igualdad real entre mujeres y hombres, no podemos dejar de mencionar la más cruel y terrible de las discriminaciones, que no es otra que la violencia contra mujeres. En los últimos años, en España, en vez de seguir avanzando en el largo camino de la lucha por la igualdad alcanzando nuevas metas, en varios aspectos, hemos retrocedido. Nos preocupa la deriva en materia de igualdad del Gobierno de Sánchez en la última legislatura, cuyas políticas radicales y extremadamente ideologizadas, lejos de aportarnos nuevos éxitos en la lucha contra las desigualdades, está poniendo en peligro los logros obtenidos en el pasado, gracias al esfuerzo de la lucha feminista y del conjunto de la sociedad. Leyes como la Ley orgánica de garantía integral de la libertad sexual, conocida como la Ley del “Sólo sí es sí”, o la Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI, conocida como la “Ley Trans”, son el máximo exponente de la radicalidad de este gobierno, que ha promovido estas leyes, sin hablar ni dialogar, y lo que es más grave, sin medir sus nefastas consecuencias. Para las administraciones públicas debe ser una prioridad alcanzar una sociedad verdaderamente igualitaria, en la que mujeres y hombres puedan optar a ver realizadas sus legítimas aspiraciones sin atisbo de discriminación, en la que sean libres y tomen sus propias decisiones. Para lograr ese objetivo, es necesario aunar consensos, implicar a todas las administraciones y, por supuesto, implicar en la lucha por la igualdad tanto a hombres como a mujeres.
Si atendemos a la percepción que hombres y mujeres tienen sobre la igualdad, son muchas más las mujeres las que creen que existen desigualdades.
Asimismo, las mujeres consideran en mayor medida, que lo tienen más difícil para conciliar la vida laboral y familiar. No en vano, a pesar de los avances la mayor parte del peso de los cuidados sigue recayendo en ellas. Porque el reparto de cuidados y tareas sigue siendo profundamente desigual y está claramente feminizado.
Otro dato revelador es que las mujeres menores de 25 años cobran un 3,8% más que los hombres, mientras que las mayores de 65 cobran un 27% menos. Entre estos dos datos existe toda una serie de barreras que, como sociedad, debemos conseguir derribar.
Flaco favor hace a la lucha por la igualdad, la frivolización de los insultos a las mujeres o el poco sentido común y excesivo sectarismo por encima de todo de algunos y algunas. Mucho por hacer y retrocediendo.
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