domingo 19 mayo
Opinión  |   |

Granada y la Cultura

El pasado fin de semana, algunos medios de comunicación de la ciudad se hicieron eco de una información acerca de una clasificación de ciudades culturales innovadoras que periódicamente publica la Fundación Contemporánea. El titular que a modo de mínimo común múltiplo exponía lo más destacado del ranquin decía algo parecido a esto: Granada pierde un puesto entre las ciudades culturales pasando a la décimo tercera posición. Soy periodista y sé el jugo que tienen esas informaciones. No lo valoro. Lo entiendo. Aunque siempre es de agradecer profundizar mas en una información que así expuesta deja sin resolver otros asuntos en los que, si me permites voy a detenerme a lo largo de esta columna.

Para empezar, reconozco que ignoro el criterio que la Fundación emplea para establecer el listado, aunque a lo largo de los últimos días he podido compartir con personas con mucho más criterio y experiencia algunos detalles del informe que no dejan de ser sorprendentes.

Para empezar, y por lo que se refiere a la ciudad de Granada, conviene recordar que sus actuales gestores llevan 8 meses al frente del Ayuntamiento. Paco Cuenca, por segunda vez, ha tenido que salir al rescate de la ciudad junto a su equipo, para poner freno a los desmanes de la derecha. Abro un paréntesis para traer a colación que los defenestrados líderes del PP de hoy son los mismos que desde Madrid vendieron a la ciudad de Granada a cambio de Málaga, Murcia o Madrid. Cierro paréntesis. En esos 8 meses gestión, se ha hecho lo siguiente: recuperar la sala de exposiciones de Gran Capitán donde ya se ha celebrado dos exposiciones, una con los fondos de la Academia de Bellas Artes y, en este momento, una muestra de jóvenes pintores; se ha recuperado la Casa Ágreda y se ha puesto en marcha un concurso de ideas para su uso museístico; se ha recuperado el legado de Juan Manuel Brazán, puesto en peligro por el gobierno del PP, y que ya se puede ver en parte en el Palacio de los Córdova; se ha recuperado la música como seña de identidad de Granada; se ha llevado de nuevo la cultura al Cuarto Real de Santo Domingo con una magnífica exposición del pintor desparecido Julio Juste; se ha armado una sólida programación alrededor del Centenario del Concurso de Cante Jondo; se ha mejorado la relación y la colaboración con festivales literarios muy potentes como Granada Noir, Gravite, el Festival Internacional de Poesía, etc. ; se va a poner en marcha, en breves fechas, un festival de series del que pronto habrá más noticias, se han abierto las vías de diálogo con la Casa Asjaris con la finalidad de que el legado no se vaya de Granada; se está rehabilitando patrimonio (lavadero Puerta del Sol) en colaboración con otras administraciones; se ha logrado que el Gobierno de España asuma la recuperación parcial de la muralla del Albaicín; se disfruta de una maravillosa exposición que nos recuerda el talento de otro granadino impresionante como fue Mariano Fortuny Madrazo… Y eso en 8 meses.

Centrados en el informe que da pie a este artículo, el mismo se centra en un periodo de tiempo que comprende los años 2019 a 2021. Ya he hecho una mención a lo que pasó en Granada en esa época, pandemias al margen. Poco más que añadir. Más allá de eso, esta clasificación, como la inmensa mayoría que son como ésta, hacen descansar sus valoraciones en aspectos más mercantilistas o, como me decía el otro día Jesús Lens minutos antes de rebautizar a la biblioteca de Las Palomas, en el Zaidín, con el nombre de la escritora Almudena Grandes, en aspectos, decía, más ligados a un evento de grandes proporciones con un importante número de impactos de comunicación. El Womad de Cáceres, por ejemplo.

Quizás esa sea la razón por la que el único evento que recoge la Fundación Contemporánea de la programación granadina sea el Festival Internacional de Música y Danza.

No podemos caer en la complacencia y debemos ser críticos en la medida en la que esa crítica deba hacernos crecer. Presumir de ser una ciudad cultural implica acompañar dicha aseveración de ese caballero don Dinero que, en estos momentos no es precisamente demasiado visto en las depauperadas arcas municipales. Sin embargo, el ranquin parece omitir un detalle que, en el caso de Granada es muy importante. En una ciudad con una manifiesta carencia de contenedores culturales, existe una decisión claramente intencionada de hacer de la ciudad un contendor cultural en sí misma. Así, eventos como Distrito Sonoro o e FEX, por poner solo dos ejemplos, convierten las plazas y calles de Granada en auténticos teatros sin paredes para una programación cultural que quizás no ofrezca un gran evento de varios días, sino que mantiene una programación cultural estable en la que cada mes destaca un festival de primer nivel: Tango, Jazz, Feria del Libro, Granada Noir, Premio Internacional de Poesía…

Ya acabo. Si has llegado hasta aquí, gracias. Es innegable que hay mucho por hacer, sin duda. Los criterios de clasificaciones como esta a la que nos estamos refiriendo seguramente descansan en aspectos que debemos mejorar como ciudad cultural. Pero que más allá de los criterios sobre innovación cultural en la programación del informe de marras, reto a cualquier ciudad de este país a que iguale no en algo, sino en todo lo que Granada ofrece.

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Columnista
Juanjo Ibáñez

Concejal del Grupo Municipal Socialista del Ayuntamiento de Granada

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