Juanma, hijo mío
La Diputación de Granada va a nombrar a Moreno Bonilla “hijo adoptivo de la provincia” y no se me ocurre qué podría hacernos más felices. Ya era hora de que los granadinos tuviéramos algo de consuelo entre tanta pandemia, tanta crisis y tanta guerra.
La nueva diputación del PP empieza con buen pie, poniendo el acento en las cuestiones que nos preocupan a todos. Ya era hora de que se hiciera justicia con los héroes de Granada, tierra a menudo cicatera en reconocimiento que ahora salda una deuda histórica. No tengo ni idea de qué ha hecho Juanma Moreno por esta provincia, pero seguro que este premio nos ayudará a salir de la ignorancia. No quisiera verme como aquellos judíos de los Monty Python preguntándome “qué han hecho los romanos por nosotros”.
Puede que el presidente de la Junta esté escaso de méritos, pero lleno de amor. Juanma quiere tanto a Granada que la dirige personalmente desde Sevilla. No hay un solo día en que no llame al Ayuntamiento o a la Diputación para indicarles el camino, como solo podría hacerlo alguien guiado por el cariño de un buen hijo, aunque sea adoptivo.
Siguiendo el propio lema de la Diputación, “Todos somos provincia”, cabe deducir que también todos y todas pasaremos a ser padres adoptivos de Juanma Moreno, lo cual supone una gran responsabilidad. Solo espero que nadie se deje llevar por la euforia y grite aquello de “Juanma, queremos un hijo tuyo”, porque en realidad es él quien va ser hijo nuestro y todo esto llevaría a una confusión completamente innecesaria.
Algunos dirán que está feo premiar a los amigos, aunque en este caso no se trata de un amigo sino del jefe de quien concede el premio. Y, pronto, ya no será un jefe sino un hijo (adoptivo). Un gesto de pleitesía que deja corto al José Luis López Vázquez de “Atraco a las tres”, repitiendo aquello de “un admirador, un amigo, un esclavo, un siervo”.
Tampoco faltarán los malpensados que insinúen que es un disparate que el PP se condecore a sí mismo, pero no debemos dejar que la envidia oscurezca unos méritos que seguramente existan. Flaco favor estaría haciendo el PP a su propio presidente sometiéndole al escarnio de recibir un premio inmerecido, concedido solo por ‘ser de los nuestros’. Pero, cuando el talento brilla, no hay prejuicio que lo ahogue: no debe extrañarnos que el Ayuntamiento de Granada también se anime y entregue el próximo premio de poesía ‘García Lorca’ a Elías Bendodo.
Seguro que hay gente que piensa que Juanma no ha hecho gran cosa por Granada, pero seamos pacientes. Este es un premio que mira al futuro y también retribuye los logros que están por venir. Podemos premiar tranquilos, que los méritos irán llegando. Ya sabemos que al PP le gusta pagar en diferido.
La beatificación provincial de Juanma tendría que celebrarse en una ceremonia pública de la que podamos disfrutar todos sus padres y madres. Debemos demostrar a nuestro nuevo hijo adoptivo que lo querremos como propio y ahuyentar así la sombra de cualquier Edipo. Nuestro Juanma merece una consagración a la altura de las virtudes que lo adornan, bajo palio y a los sones de “Moreno coronado”.