Luna creciente (Amor) (5-10-2015)
Amor
El amor no puede ser contenido ni oprimido por ninguna fuerza física o química. El amor lo desborda todo. No tiene límites. Y quizá por esto escribió San Agustín que “la medida del amor es amar sin medida”. Usted va y ama sin medida y puede triunfar en el amor hasta que su enamorada o enamorado diga basta y se enamore de otra persona, pero nadie le podrá afear que usted no ha amado hasta más allá de los extrarradios de su amor. Con amor se puede llegar hasta el ojo último de la mirada última que es síntoma de vivir un gran amor. Y puede un ser humano enamorarse de una mujer, de un hombre o de una mula torda cascabelera. Todo depende del grado de amor que se le dé al amor. Y existe un adagio popular, no del PP, que asegura que “entre lo que existe y lo que no existe, ese espacio físico es el amor”. Yo me lo creo. Y por esta razón casi metafísica yo estoy divorciado por dos veces. Y poseo lo mejor de mi vida: mis cuatro hijos. Mi mejor obra. Aunque esto del amor no lo entiende nada bien el Vaticano. El obispo Krysztof Olaf Charamsa, polaco de 43 años, oficial de la Congregación para la Doctrina de la Fe (el antiguo Santo Oficio) y secretario adjunto de la Comisión Teológica Internacional, se ha enamorado de Eduardo, su novio catalán con nacionalidad española. Resultado: ha sido fulminado y laminado de sus dos puestos vaticanos en menos de una fracción de segundo por la espada de fuego de un arcángel que ha bajado expresamente para deshacer estos entuertos amorosos aperturistas en la Iglesia Católica, Apostólica y Romana. Dios manda mucho más que el Papa Francisco y que todos los gay juntos del universo.
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