Luna creciente (Estorninos urbanitas) (17-10-2014)
Estorninos urbanitas
¡Socorro! ¡Ayuda! ¡Maldición! Han llegado de nuevo los negros estorninos a la ciudad de Granada. Y han tomado al asalto los árboles, cableados y tejados que están ubicados en la Plaza de la Trinidad. Son legiones. Miles. Y defecan gañanes como los legionarios romanos. Quizá cagan como los temibles elefantes gigantes que fueron de Aníbal. Y el Ayuntamiento de Granada, con el señor Mérida, don Juan Antonio del PP, tendrá que enfrentarse a ellos como un general municipal guerrero que lucha por el bienestar de los granadinos y exógenos que transitan por la Plaza de la Trinidad y sus aledaños. Son negros como ala de cuervo. Tienen picos que parecen trituradoras industriales. Vuelan como aviones invisibles norteamericanos de caza y bombardeo. Y sobre todo defecan, los muy canallas, como dragones que se han merendado a un millón de princesas de una sola sentada comensal. Y por ello, les ha dado una diarrea (vulgo colitis) diabólica que cagan, estas avecillas de Dios, sin contención alguna y sin medida adecuada para la total calidad saludable y sanitaria de una hermosa y bella ciudad civilizada y turística como es Granada. ¡Estamos perdidos! ¡Piedad celestial! Los estorninos son unos cagones de dimensiones galácticas. A los ropajes de los viandantes arruinan. Los comercios de la Plaza de la Trinidad están vacíos de clientes. Los bares, cafeterías y pub, de esta misma plaza de la ciudad, no tienen parroquianos. Es una desolación económica. ¡SOS! Que vengan los escuadrones de caza del Ejercito del Aire. Que traigan águilas y otras aves rapaces de presa. Que traigan lo que sea, pero que combatan a los pobres estorninos que están totalmente estresados, aturdidos, asustados, desorientados, temerosos y alarmados.
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