Luna creciente (Mosquearse no es cabrearse) (26-9-2014)
Mosquearse no es cabrearse
Escrito está en el título: mosquearse no es cabrearse. Y lo explico. Tenía yo la ilusión no nacionalista de hacer una república federal en la isla maravillosa que está ubicada en el cauce del río Genil, y entre los puentes de Escolapios y el del final de la calle San Antón. Es una isla coqueta. Es una isla fluvial pequeña, abarcable y propia de recorrerla toda a pie. Y tiene su bella vegetación, incluso un sauce joven, esto parece desde arriba y floresta multicolor. Está poblada de insectos, ranas, culebras de agua, palomas y otros pájaros salvajes que la vuelan para allí estar frescos y relajados. Estoy mosqueado, pero no cabreado que es lo que están los dirigentes nacionalistas ñoños de Escocia, Cataluña y demás obsoletos políticos de otras regiones del mundanal ruido que no se enteran que el mundo, el planeta Tierra, es una aldea global y no un poblacho particular. Yo deseaba hacer de esta isla fluvial una hermosa república federal que englobara a España, pero he observado que una máquina pequeña, excavadora de esas que se llaman “Cat Bob u Bob Cat”, no lo sé cierto, la está destruyendo. Y estoy empezando a cabrearme. Y me estoy cabreando, sí, porque se han necesitado muchos años y muchas tormentas con sus aguas turbulentas que arrastran arenas para que se formase esta maravillosa isleta fluvial. Y se la están cargando los servicios municipales pertinentes. Y no voy a poder desarrollar mi idea y proyecto de una magnífica república federal que englobe a todos los pueblos de España. El Ayuntamiento de Granada me está puteando cosa fina y municipal. Está limpiando y adecentando el cauce del río Genil, ese que llevaba cerca de mil años sin limpiarse. No se lo voy a perdonar nunca a la Casa Bailía de la Plaza del Carmen. Nunca. Estoy cabreado y sin República Federal. Este es un país de cabreos infinitos.
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