¿Oiga? (Y el pueblo votó) (23-3-2015)
Y el pueblo votó
Desde el prisma cierto de que existen en nuestro país (España), los botarates políticos, los zamacucos políticos, los zurupetos políticos, los mangantes políticos, los lameculos políticos y los zanganadas políticos, unos vestidos impolutos a la última moda y otros adornados de los más lacerantes choriceos del figurín, debemos de dar por cierto que los cambios políticos, desde la Grecia antigua o la Roma más reciente de la antigüedad, son cosas inconfesables que están dominadas por lo económico para que nada cambie en la política. Oiga: ¿Y después de estas elecciones autonómicas andaluzas, creen ustedes que se va a producir un cambio político en la forma de gobernar y administrar a la ciudadanía de Andalucía? Oiga: ¿Y ustedes no creen que el pueblo soberano es el verdadero culpable de que nunca se produzca un cambio político en Andalucía? ¡Ah! Y también existen los saltabalates políticos, los zorrastrones políticos, los zopencos políticos, los zurriburis políticos y los podridos políticos. E igualmente existe el verbo politiquear, ese que sirve para, desgraciadamente, conjugar el pancismo político y económico. Oiga: ¿Los Gobiernos caen por sus abusos corruptos y los bancos por sus triquiñuelas corrompidas? El pueblo votó, aunque sin la sabiduría que se necesitaba.
