jueves 2 mayo
Opinión  |   |

Quo Vadis

El viernes pasado se celebró el primer pleno ordinario del Ayuntamiento de Granada en este periodo. Ésta ha sido la primera ocasión que los grupos políticos presentes en la Corporación Municipal han tenido para poder controlar y fiscalizar las tareas del gobierno de la ciudad, presidido por un partido con tan solo tres ediles más el alcalde.

En su momento, nuestro grupo ya criticó que se perdiera la oportunidad de convocar un pleno ordinario en el mes de julio. En aquel entonces podíamos haber creído (siendo bien pensados) que la excesiva tardanza en la convocatoria del Pleno de Organización a mediados de ese mes podía ser una razón para no convocar el ordinario el último viernes. Pero parece que no es así.

“Piensa mal y acertarás”. Éste clásico del refranero refleja la desconfianza como un sentido de protección frente a una situación incómoda, confusa o de peligro inminente. En el presente caso no se trata de un sentimiento de pesimismo intrínseco, sino del análisis de una situación concreta. Y es que dado el modo en el que se logró el pacto a última hora entre Cs, PP, con el apoyo de Vox, lo que existe es una confusión entre sus participantes, que está ocasionando parálisis por falta de proyectos y, por lo tanto, de acción de gobierno. El hecho, inédito, de que un partido con cuatro ediles se hiciera con la Alcaldía y en las circunstancias y condiciones en las que se produjo, está conduciendo a la Corporación a un situación de estancamiento. Esa, y no otra, es la causa de que no se convocara el pleno ordinario de julio; esa es la causa de que las comisiones informativas hayan comenzado a funcionar ahora en septiembre; que las Juntas Municipales de Distrito vayan a iniciar su andadura también tarde; es también el origen del desprecio a la Mesa del Ferrocarril; a la falta de convocatoria de los órganos de participación social tales como el Consejo Social, Pacto Local por el Empleo, Comisión de Calidad Medio Ambiental; la causa de que la ciudad perdiera World Padel Tour; etc, etc.

Por mucho que les pese, la idea de la parálisis y la inestabilidad se ha instalado en la ciudad. A día de hoy es un hecho acreditado y de notable importancia. Y no es que a alguien se le haya ocurrido promocionar un eslogan o hacer una campaña favoreciendo o desprestigiando a una persona o a un grupo concreto.

Hasta cierto punto, es comprensible la actual situación de inactividad de quienes hoy tratan de gobernar en la Plaza del Carmen. Nada dicen de su programa porque nada tienen. Y es que a estas alturas, siguen enfrascados en la configuración de un elemento esencial en su pacto: la alternancia o no en la alcaldía. Unos dicen que tienen que ceder a los dos años el bastón, y los otros lo niegan hasta la saciedad. Y por mucho que traten de obviarlo, la cuestión está en el centro de la cuestión. Mientras, la sociedad asiste atónita ante escenas más que evidentes de dicha situación. Un día aparece en los medios una foto con una sala vacía evidenciando la ausencia de los supuestos actores principales, con una mesa solo con micrófonos; otro día se hace evidente la no presencia en determinados actos oficiales; a los pocos días tratando de guardar las apariencias comparece la Junta de Gobierno casi al completo pero reflejando gestos y expresiones que demuestra el esfuerzo por representar un escena, no se sabe si dramática o cómica.

Se me podrá decir que todo esto es fruto de una táctica política. Pero a día de hoy es más que evidente que quien está al frente del Ayuntamiento puede que reaccione ante determinadas circunstancias, pero lo que es palmario es que no ejerce el liderazgo que le corresponde al Alcalde de Granada. Falta no sólo proyecto, falta alguien en encabece y defienda esos proyectos.

El viernes pasado, como decía más arriba, se celebró el primer Pleno ordinario. Y este es el último ejemplo –a día de hoy- no solo de la falta de capacidad e iniciativa que estamos denunciando, sino también de un modo de hacer política del que renegamos los socialistas. No es admisible que propuestas que fueron rechazadas cuando Paco Cuenca era alcalde, se saquen del cajón (prácticamente idénticas) y se presenten como novedosas, mientras las únicas iniciativas de carácter marcadamente político (la Mesa del Ferrocarril, las ludotecas municipales, la emergencia climática…) sean del PSOE. Pierde la ciudad, y quienes en ella habitan o trabajan.

A parte de discursos grandilocuentes, retóricos y con una evidente falta de contenido, a día de hoy no sabemos que camino y por donde va el Gobierno porque la incompetencia es la seña de identidad de la persona que rige nuestra ciudad.

Ya son muchas señales, como para no llegar a esa conclusión. Como se dice vulgarmente: si nada como un pato, grazna como un pato, y anda como un pato, entonces es que no cabe duda: es un pato.

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Columnista
José María Corpas

Concejal del Grupo Municipal Socialista y Secretario de Política Municipal del PSOE de Granada capital

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