domingo 5 mayo
Opinión  |   |

Relatos cortos sin recortar (Tenedor y cuchillo) (20-10-2014)

Tenedor y cuchillo

La escena era totalmente macabra. La ventana abierta daba luz directamente al cadáver. Unas cuantas gotas de sangre decoraban en rojo oscuro el suelo de duelas de madera en el que reposaba el muerto con los ojos abiertos y llenos de estupor. No había ni un solo indicio de violencia. El cadáver estaba completamente desnudo, tieso como una piedra y boca arriba. Formaba una cruz con sus largos brazos abiertos de par en par. Sus labios estaban torcidos como si antes de morir asesinado le molestara su muerte violenta. El silencio era tan espeso y marrón como el chocolate frío que contenía una bellísima taza de exquisita loza británica que estaba decorada imaginativamente con las imágenes de los cuatro Beatles cantando y tocando desmelenados en el escenario con pocas luces de un antro juvenil de la ciudad inglesa de Liverpool. En un plato pequeño ovalado de postre en loza más ordinaria y barata, varias galletas artesanales también estaban presentes en lo que parecía, a todas luces, la última merienda opípara de aquel joven fuerte y bello que había sido violentamente asesinado.

Esta escena es la que encontró ella cuando llegó a la espléndida mansión campestre del extrarradio de Londres, y que la turbó terriblemente al encontrar a su prometido muerto. Sus gritos se fueron apagando, poco a poco, cuando su garganta ya no podía gritar más porque estaba completamente afónica. Aunque no podía apartar sus ojos del cadáver de su prometido, boca arriba, y con el pecho abierto sin su corazón. Y los dos útiles de comer junto al cuerpo del joven asesinado. Un cuchillo y un tenedor. Y la carta en cuyo sobre destacaban unas manchas pequeñas de roja sangre, y que cuando ella la leyó despacio se horrorizó y se desmayó. La misiva decía: “Querido mío. Mi amor. Mi vida entera. Espero que no te haya importado que me comiese tu corazón. Me pertenecía. Era mío desde que éramos pequeños. No era propiedad de ella, esa bruja con la que ahora convives. Te amaré todo el resto de mi vida. No me has dejado otra alternativa que acabar con tu vida. Aunque ya era una vida sin alicientes porque yo faltaba en ella. Te quiero. Tuya siempre. Margot”.

Publicidad

Comentarios

©Queda totalmente prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta noticia sin autorización expresa de la dirección de ahoraGranada
Publicidad
DÍA A DÍA
Desarrollado por Neobrand
https://ahgr.es/?p=20172