Sánchez parasita y coloniza las instituciones, ahora la Guardia Civil
El presidente Sánchez se ha empeñado en parasitar y colonizar todas las instituciones del Estado español, y ahora le toca a la Guardia Civil. En apenas cinco años el Instituto armado ha tenido cuatro directores, alguno de ellos de paso fugaz en el cargo por “diferentes motivos”.
Lejos de atender las reivindicaciones de la Guardia Civil, en cuanto a la equiparación salarial con el resto de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, mejoras retributivas, la necesidad urgente de convocar nuevas plazas y con suficiente oferta, para incorporar nuevos agentes al cuerpo y dotar de medios e infraestructuras necesaria…el presidente Sánchez, y el que antiguamente era el Gran Marlaska, desmantelan, desatienden y desprestigian el Instituto Armado.
En cuanto a los medios necesarios, asistimos con mucho dolor a una situación dantesca, una pequeña embarcación de la Guardia Civil arrollada por una narcolancha, que, con motivo de las malas condiciones en el mar se había acercado a puerto que han evidenciado lo que ya se sabía: la falta de medios suficientes y específicos para la zona. Si los asesinos narcotraficantes tienes narcolanchas de gran potencia, nuestros agentes de la Guardia civil necesitan herramientas y medios para poder trabajar sin perder la vida en el desempeño de sus funciones.
El Campo de Gibraltar es una zona muy especial, con una problemática muy concreta, y tiene que ser declara y dotada como una zona asimilada al País Vasco cuando la banda terrorista ETA asesinaba personas. Esto supone entre otras cosas, dotar de medios suficientes y adecuados a los agentes que allí actúan. Pero como siempre, hay que esperar a una tragedia, para que, en este caso, Marlaska “se ponga las pilas” porque lo de asumir responsabilidades y dimitir, en este país es impensable.
De un tiempo a esta parte, el Gobierno está usando a la Guardia Civil como pieza de negociación política y lamentablemente, Sánchez y Marlaska, que tienen que dirimir el futuro del instituto armado, lo están alejando cada vez más de los lugares donde tanto bien han hecho.
El 2 de enero de 2024 tras una publicación en el Boletín Oficial de la Guardia Civil comenzó el proceso de reorganización de las compañías y de los cuarteles con el objetivo de “seguir apostando por dar servicio al ciudadano en las zonas más despobladas". Pero como estamos acostumbrados a ver en el Gobierno de Pedro Sánchez, dicen una cosa y hacen la contraria, y tras esa declaración de intenciones, se ha anunciado que en un plazo de cinco años se eliminarán los 61 Puestos Auxiliares en Oficinas de Atención Ciudadana que están ubicados en diferentes puntos de España. En la provincia de Granada, contamos con cinco puestos auxiliares: Moclín, Cacín, Gorafe, Galera e Iznalloz, y tres principales, Murtas, Castril y La Herradura, que definitivamente van a desaparecer.
Algunos de estos Puestos se cerraron con la excusa de realizar las obras de rehabilitación en los mismos, como el de Murtas cerrado en el año 2.019 de forma temporal mientras se acometía la obra de rehabilitación. Los guardias fueron trasladados a la comarca del Valle, dejando desprotegidos los municipios de Murtas, Turón y Mecina Tedel y Coyájar, además de 250 cortijadas en una extensión de territorio de 15.000 hectáreas donde son diarios y continuos los robos en los cortijos y en el campo, creciendo el índice de criminalidad y la inseguridad entre los vecinos. O el caso de La Herradura, donde igualmente se cerró de forma temporal para su rehabilitación y a pesar de que el alcalde ha ofrecido dependencias municipales para reubicarlo, el cierre y baja del mismo será definitivo.
En el año 2000 había 83.644 efectivos y en el año 2023 hay 80.248, casi 3.000 efectivos menos. Es absolutamente necesaria una oferta de empleo público que cubra las necesidades reales y efectivas de los ciudadanos. De manera que el primer paso de la reestructuración de la Guardia Civil necesariamente tiene que ser que la plantilla de agentes se encuentre al 100%. Que haya agentes suficientes es lo que necesitamos tanto los granadinos como los propios agentes de la Guardia Civil quienes con profesionalidad y muchas veces, con resignación, tienen que multiplicar sus esfuerzos para llegar a todos los puntos de una provincia con tantos municipios y tan extendidos unos de otros en el terreno y con problemáticas tan dispares como la nuestra.
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