lunes 20 mayo
Opinión  |   |

Un tiro (o dos) en el pie

Poco han durado las expectativas sobre que, tras la defenestración y finiquito del señor Casado, el PP comenzase una etapa más centrada, razonable y civilizada. Pero en unos pocos días hemos pasado de esperar al nuevo PP a constatar que de nuevo, el PP se sitúa en los aledaños de lo democráticamente admisible.

No era, lo de Casado, una crisis regenerativa de un Partido tan necesario como poco comprometido para y con la estabilidad democrática de nuestro país. Al final, la cosa iba de un navajeo interno para hacerse con el control del Partido y que la señora Ayuso se garantizara la futura presidencia del PP madrileño.

Ha sido alejarse un rato de la serena gobernanza gallega y al señor Feijóo le ha asaltado un ardor guerrero propio de un cruzado llamado a combatir a las hordas judeo-masónica-comunistas-socialistas-separatistas-sanchistas etcétera, etcétera, etcétera...

Y es que la templanza del señor Feijóo ha sido ya sacrificada en aras de recuperar lo que, a su parecer, les corresponde por derecho divino: el gobierno de la nación.

Solo desde esa relación patológica que el PP parece mantener con el ejercicio del poder democrático, se puede entender que los populares no dejen de darse tiros en sus propios pies y, de paso, alguno que otro al resto de los españoles y españolas.

Un tiro en el pie es lo que el señor Feijóo se ha dado al intentar cerrar la crisis del PP dejando incólume a la señora Ayuso. Y, en el acto de presentación de su candidatura única a la Presidencia del PP, el señor Feijóo no solo ha dejado clara su tolerancia a supuestos nepotismos sino que, además, ha ungido a la señora Ayuso como futura Presidenta de los populares de la capital del Reino. A cambio, la señora Ayuso, en un acto que se suponía a mayor gloria del señor Feijóo, deja bien clarito que ella y los suyos tienen muy poca paciencia con las tonterías y escasa tolerancia con las imposiciones. Con amigos así, el señor Feijó no va a necesitar enemigos.

Un tiro en el pie es lo que se ha dado el señor Feijóo al sucumbir a la tentación del exceso demagógico en la crítica a Pedro Sánchez. Como un mantra, los dirigentes populares se han apuntado a expandir la afirmación de que el gobierno “se está forrando” con el incremento de la luz y la gasolina, exabrupto lanzado por el ponderado Feijóo el mismo día que se celebraba la conferencia de presidentes en la Palma para tratar los efectos y las posibles medidas ante las consecuencias de la guerra en Ucrania. No creo que haga falta explicarle al todavía Presidente de una Comunidad Autónoma que los gobiernos, incluido el suyo, no se forran con los impuestos, pero sí sería conveniente recordarle que con este tipo de argumentarios, el único que se beneficia es el populismo antidemocrático. El señor Feijóo no parece caer en la cuenta de que está engordando a un Vox que, por este camino, acabará engulléndolo primero en la calle y después en las urnas. Y no contento con ello, cuando el Presidente del Gobierno de la Nación anuncia la bajada de los impuestos que gravan el consumo de la energía eléctrica y de los carburantes para finales de este mes, el señor Feijóo arremete exigiendo que tal bajada ha de realizarse de un día para otro, sabiendo perfectamente que tal premura no es posible sin incurrir en incumplimientos de nuestras obligaciones como Estado para con la Unión Europea. O el señor Feijóo pide lo que sabe imposible o el señor Feijóo ha perdido de golpe toda su vocación europeísta,

Y, por supuesto, un tiro en el pie es lo que se ha dado el PP al haber incorporado a Vox en el Gobierno de Castilla León. Y por mucho que ahora defiendan la bondad del acuerdo con la extrema derecha, algo deben de barruntarse los populares. Patética resultó la comparencia del señor Mañueco explicando lo que es la Violencia interfamiliar o la inmigración ordenada… se le veía tan entusiasmado y convencido como un pollo podría estarlo explicando la mejor manera de preparar una buena pepitoria. Y no tan bueno debe resultarles el pacto cuando el Sr. Casado se jacta de haber sido el dirigente popular que ha mantenido a Vox fuera de responsabilidades de gobierno y el cuando el señor Feijóo se afana en señalar que lo del pacto en Castilla y León es cosa de los de antes.

Con tanto tiro en pie propio y ajeno, algo nos ha quedado claro en Andalucía, en caso de necesitarlo el señor Moreno Bonilla se dejará caer en brazos de Vox. Será Moreno Bonilla quien abra la puerta del gobierno andaluz a la extrema derecha, si las urnas se lo permiten. Demostrado queda que es inútil trasladar al PP lo que ese pacto de gobierno significaría para la convivencia democrática y pacífica de los andaluces y las andaluzas. Tampoco es de esperar que el PP, aun cuando solo sea por puro instinto de supervivencia, renuncie a darse otro tiro en su propio pie en Andalucía. Por el bien de Andalucía, de los andaluces y del propio PP no queda otra que evitar en las urnas que el Sr. Moreno Bonilla vuelva a ser el Presidente de la Junta de Andalucía.

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Columnista
Baldomero Oliver

Profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Granada

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