viernes 26 abril
ASÍ ES MI ALCALDE - LA ZUBIA  |   |

"Debería primar el interés común por terminar la carretera de La Zubia"

A sus 66 años, el regidor del municipio zubiense, Antonio Iglesias (PP), asegura que el "mal camino" que tienen dificulta el "acceso y el desarrollo" del pueblo

El alcalde de La Zubia, Antonio Iglesias (PP) en su despacho. Foto: Álex Cámara

El alcalde de La Zubia, Antonio Iglesias (PP) en su despacho. Foto: Álex Cámara

En el espacio, la misma sencillez y pasión por el pueblo que en el propio ser. A cada rincón, un objeto que recuerda de dónde viene y dónde quiere seguir pasando sus días. Ese lugar que, últimamente, es capaz de darle alegrías y penas a partes iguales. La avenida principal, los barrios que ya no existen, pedazos de La Zubia por todas partes, que lo convierten en uno de sus mejores embajadores. De sonrisa incansable y mirada espontánea, a sus 66 años, Antonio Iglesias (PP), es el alcalde de un municipio del que se declara "enamorado".  Empresario de profesión, creó su primer negocio, un taller de radio y electrónica, con tan solo 16 años. Ahora, 50 años después, y tres al mando de la Alcaldía, tiene claro que la gestión de un ayuntamiento "nunca podrá compararse a la de ninguna empresa".

Pregunta.- Un jovencísimo empresario metido a concejal, ¿qué o quién le llevó a ello?

Respuesta.- El alcalde me buscó cuando yo tenía 23 años, justamente cuando estaba yo en la ampliación de mi negocio. Pasaron siete meses, desde que me nombraron concejal, hasta que de verdad pude ejercer por esas cuestiones. Se me dio la Delegación de Alumbrado Público, cuando en La Zubia había tres bombillas en las tres esquinas claves del barrio Ermitaño, Calvario y San Antón. No había nada hecho y llevé a cabo tres proyectos de alumbrado de la localidad junto a los Servicios Técnicos de la Diputación. En esos años, aporté mi juventud y mis ganas de sacar hacia delante cualquier reto.

P.- Usted que en esos comienzos estuvo rodeado de tantos cables, por aquello del taller de radio y electrónica, ¿se ha encontrado con muchos “cables sueltos” en la Alcaldía?

R.- (Risas) Pues la verdad es que sí. Me ha servido bastante el haber estado acostumbrado a moverme siempre entre muchos cables y a poner orden entre ellos. Aquí ha habido que arreglar el “cable” de las cuentas porque cuando entramos en 2011, la deuda era tan desorbitada que nos hubiese llevado a la banca rota. Se ha puesto orden en eso, dentro de la dificultad de que los ingresos son mucho menores que en anteriores legislaturas. No obstante, nunca le he temido a esos “cables”, a los que realmente temía y temo son a los que afectan directamente a las personas. Un ejemplo, fue que, nada más entrar, nos encontramos con una sobredimensión de personal en el Consistorio que se tenía que reducir para cuadrar las cuentas. Un total de nueve personas fueron despedidas, con mucha pena, aunque se crea que no, pero fue uno de los momentos más complicados que he vivido.

PERFIL | "Pese a los problemas, la sonrisa nunca debe caerse de la cara"
Nació en la calle Baño del Barrio Hondillo, en La Zubia. Por aquel entonces, las calles eran de barro y quien tenía luz, solo disponía de ella por la noche a través de una bombilla. "Toda mi vida se ha desarrollado en La Zubia. Soy una persona que ha trabajado y crecido profesional y personalmente en este lugar. A los 16 años decidí montar mi propia empresa, aunque hoy día cueste creérselo. Tenía un pequeño taller de radio y electrónica al lado de la iglesia y luego, en los años 60, fabriqué televisiones. Ya en el 71, monté otra empresa de muebles –Muebles Chicote- que conseguí extender a más lugares. Estuve toda mi juventud trabajando para que mi familia pudiese salir adelante porque la única forma de darles bienestar era trabajando mucho y duro. En la Transición fui concejal del Ayuntamiento durante un tiempo y esa experiencia me sirvió mucho para mi empresa. Después de eso, lo dejé. Me centré en mi negocio y ya está. Fue cuando decidí que al tener una cierta edad mi vida debía ser otra y, sobre todo, debía ser más pasiva. Entonces, cesé la actividad de mis negocios en La Zubia y Almuñécar, y decidí dedicarme a mis labores, sin complicaciones. Pero eso duró muy poco. En 2008, me buscaron para la política. El PP en la localidad estaba roto en las elecciones anteriores a las de 2011 y querían contar conmigo para reconstruir lo que se había caído. Acepté apoyarlos y ser el catalizador del nuevo proyecto. Di mi palabra y por eso estoy hoy aquí. De ser el padre de ellos, pasé a ser el candidato a la Alcaldía", cuenta Antonio quien asegura que, a pesar de las dificultades están convencido de que la sonrisa "nunca debe caerse de la cara". "Este pueblo siempre ha sido para mí muy querido, lo he demostrado toda mi vida", añade agradecido.

P.- Me hablaba de momentos complicados en la gestión, ¿alguno que guarde con cariño?

R.- El ser alcalde de tu pueblo, de ese en el que has crecido personal y profesionalmente, debe ser siempre una satisfacción, más aún para todo el que ama a su pueblo, como es mi caso. Yo me he entregado con todo y eso hace que te involucres al cien por cien con lo que eso significa. Cuando creo que he conseguido hacer algo importante para el pueblo, que lo es, por la puerta, por el teléfono o al salir de aquí, me encuentro con otra dificultad. Entonces, esa satisfacción dura minutos. En estos tiempos tan complejos, no dispones de las herramientas necesarias para ir avanzando siempre satisfactoriamente, surgen inconvenientes a cada paso. La Alcaldía no es comparable con una empresa, la verdad. Me he dado cuenta de que, a pesar de contar con los técnicos, los concejales y demás trabajadores del Ayuntamiento, el alcalde es el alcalde, él no tiene a un “padre” a quien llamar cuando la cosa se tuerce. Esa comodidad no la he tenido nunca, ni tan siquiera cuando empecé con 16 años (comenta con una sonrisa).

P.- Políticamente ha ejercido en dos siglos totalmente diferentes, ¿cómo han cambiado las necesidades en La Zubia?

R.- Pues fíjate, en los años 60, las casas se hacían con las ayudas de todos los vecinos. Unos a otros se ayudaban. No había luz y las calles eran de barro. El pueblo se ha ido arreglando con el esfuerzo de todos. Hoy en día, los problemas han cambiado mucho y, sin embargo, siguen siendo igual de importantes. Por un lado, el paro como en el resto de pueblos del ‘Cinturón’, y como en todo el país. Es la gran preocupación. Diariamente escuchas a gente que quiere un trabajo e interpretan que el alcalde tiene la potestad de dar empleo. La tengo, pero no se puede porque no hay recursos. Tenemos una bolsa de trabajo, cuyo orden se sigue a rajatabla. Además, aprovechamos los planes provinciales y el PFEA, con los que hacemos malabarismos.

Por el otro, tenemos el problema de la carretera. Siempre he tenido muy claro que la calle principal del pueblo es la carretera y mi empeño, desde el inicio del mandato hasta ahora, es carretera, carretera y carretera (asegura perseverante). Cuando se me ha pedido, ya como alcalde, desde las administraciones qué dotaciones quería mejorar, he dicho lo mismo: la carretera de entrada a La Zubia. Y siempre me han dicho lo mismo, que era mucho y que debía ser algo más al nivel del resto de pueblos. Al final, me he salido con la mía, o eso creía…

P.- Ahora que parecía se iba a poder poner remedio a este problema…

R.- (Risas y cara de resignación) Esto es la historia de nunca acabar. La mitad de esta carretera era del Ayuntamiento de Granada y la otra mitad del Ayuntamiento de La Zubia, siempre ha existido esa discordia y nunca ha habido un entendimiento por parte de las dos instituciones. Como es tuya y mía, lo que tengo que emplear lo empleo en lo mío. Y esa visión ha prevalecido desde hace muchos años. Nunca hemos tenido una carretera, era un mal camino por esa cuestión. El primer paso ha sido lo que hemos conseguido, que esta carretera sea responsabilidad de Diputación y no de dos consistorios. Ahora que el vial tiene dueño se ha podido entrar en esta otra fase que es desarrollar esta vía como le corresponde a un pueblo como La Zubia. Hemos sido un acceso terminal, no un paso hacia otros municipios. El problema es que han aparecido ahora los restos arqueológicos, pero yo creo que superaremos eso y tendremos una buena carretera y un buen acceso. También la comarca lo necesita porque La Zubia ha sido cabecera.

P.- ¿Teme, entonces, que se pierda la subvención para las obras de esta carretera?

R.- Estamos dependiendo de la Consejería de Fomento de la Junta de Andalucía y, con todo el respeto del mundo, hay que darle el tratamiento que merecen para que los trabajos sigan y no se pare este proyecto tan importante para la localidad. Ahora mismo, las obras están más lentas pero no han llegado a pararse y espero que se vayan activando. Han salido estos restos pero, si continúan excavando, van a seguir descubriendo en el resto de terrenos. Creo que deberían documentarlo, taparlo y si de verdad quieren tener una necrópolis aquí que se busquen en los terrenos colindantes.

Ya se ha dado vía libre a las obras en los tramos que no se han encontrado restos, lo que vamos a intentar es que no se paralicen del todo. Debería haber un interés común para que esta carretera se termine porque es para el bien de todo el pueblo, no deberían anteponerse los intereses políticos. Esto es un triunfo de todo el pueblo. Por eso, pedimos a la Junta que no ponga obstáculos para su finalización. Que se apunte el tanto quien quiera, pero que se haga. Estamos hablando de un trayecto de escasos dos kilómetros, no tiene sentido que haya dificultades políticas en esto.

Entrevista con el alcalde de La Zubia, Antonio Iglesias-2

Antonio Iglesias, en uno de los momentos de la entrevista. Foto: Álex Cámara

P.- ¿Qué opinión le merecen los sucesivos cambios en las Alcaldías de la Vega que se están produciendo en los últimos meses?

R.- El relevo, por ejemplo, de esta semana en Churriana de la Vega, ha sido muy sabio viniendo de un hombre experimentado y un referente en la Alcaldía después de 27 años. Creo en ese ímpetu de la juventud. Creo en el relevo de esos jóvenes preparados, con experiencia y templanza. En el puesto debe estar el joven, de siempre lo he creído. En el equilibrio está la sabiduría, yo me tengo que apoyar en la juventud que es lo que la sociedad necesita.

P.- A sus 66 años, ¿cómo lleva la familia el que usted esté al frente del pueblo?

R.- Mi familia no lo lleva bien porque ven que no estoy en mi plenitud. Las preocupaciones son demasiadas y no puedo pasar de la gente o ignorar los problemas. Algunos días me voy muy mal, procuro recargar las pilas durante la noche, pero son muchos problemas los que ahora tenemos y eso te llega. Por mucho que quieras disimularlo, te calan. Yo soy una persona alegre, afable y a mí se me nota. Podré disimular todo lo que quiera y más, procurando siempre que la sonrisa no se me caiga de la cara.

Te despiertas por la noche porque le das vueltas a la cabeza y no puedes dormir. A finales de julio, todo el mundo me decía vete de vacaciones, así me verían la cara (risas). El teléfono no dejaba de sonar y ese pellizco de no saber quién es o qué pasa, no te lo quita nadie.

P.- ¿Cómo se perfila entonces su futuro político?

R.- Yo estoy al final de mi mandato y me gustaría que hubiera un relevo joven y preparado. Quiero que la gestión realizada no caiga en saco roto y que esto siga como hasta ahora...

P. ¿No se plantea entonces seguir al frente de la Alcaldía?

R.- Esa es la pregunta del millón, la verdad. Me gustaría que ese relevo existiese y que esto funcionara. Dedicarme a mis labores y ser feliz. No obstante, por encima de ese deseo mío, existe esa lealtad, esa palabra dada, la que siempre me tiene en la misma situación. No podría decir que sí o que no porque me debo a mi pueblo, aguantando lo que me echen.

P.- La Zubia del futuro…

R.- Una cosa es lo que yo quiera y otra la que finalmente sea, pero La Zubia del futuro estará comunicada con Granada no por un mal camino, sino por un boulevard en el que puedan transitar los peatones, los coches y las bicis. Es un lugar ya para vivir estupendo y más lo será en el futuro. Grande, con encanto y con mucha influencia en la capital. Además, se desarrollarán esos polígonos que tenemos y que no acaban de levantar la cabeza, por lo que puede ser un sitio ideal para venirse.

Publicidad

Comentarios

©Queda totalmente prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta noticia sin autorización expresa de la dirección de ahoraGranada
Publicidad
DÍA A DÍA
Desarrollado por Neobrand
https://ahgr.es/?p=16069