Investigados por arrojar cubos con ascuas en dos pueblos de Granada y provocar dos incendios forestales
En ambos casos, se prendió el pasto seco y el fuego se propagó rápidamente
La Guardia Civil ha investigado a un varón de 58 años, como presunto autor de un delito de incendio forestal por imprudencia grave ocurrido en el barranco Casablancas de Mecina Bombarón. El incendio se produjo el pasado 2 de noviembre y ardieron aproximadamente 100 metros cuadrados de pastos.
La Guardia Civil de Bérchules acudió a la zona y se hizo cargo de la investigación del incendio. Los agentes averiguaron que el investigado, tras la fiesta de la castaña asada de la localidad, arrojó dos calderos con ascuas al barranco. Después las apagó con agua pero quedaron restos y estos prendieron dos días después el abundante pasto seco que había y el fuego se propagó a gran velocidad por culpa del viento, según ha informado el Instituto Armado en una nota de prensa.
En la extinción del incendio participaron un retén del Infoca y dos camiones motobombas de los Bomberos de Cádiar.
Por otra parte, la Guardia Civil ha averiguado que también fue otro caldero de ascuas el desencadenante del incendio que se produjo en el paraje del Padre Eterno de Soportújar.
La Guardia Civil de Capileira ha averiguado, con la colaboración de un agente de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía adscrito a la Brigada de Investigación de Incendios Forestales, que el incendio lo
había provocado una mujer de 70 años al arrojar por la ventana del cortijo un cubo con cenizas procedentes de la chimenea.
Entre las cenizas iban ascuas que prendieron el pasto y el fuego se propagó rápidamente. En la extinción del incendio participaron un helicóptero, dos hidroaviones, dos retenes del Infoca, Bomberos Cádiar, agentes de Medio Ambiente y tres patrullas de la Guardia Civil.
La mujer ha sido investigada como presunta autora de un delito de incendio forestal por imprudencia grave.
El 95% de los incendios forestales son provocados por seres humanos, en su mayoría por negligencia. Por ello la Guardia Civil recomienda extremar las precauciones si se va a hacer una quema de restos
agrícolas o si se realizan trabajos que puedan poner en riesgo la vegetación, y abortarla ante la más mínima duda, por ejemplo en un día de viento.