Los pájaros y el agua, únicos sonidos de una Alhambra que vuelve a echar el cierre
El monumento nazarí permanece cerrado debido a la prohibición de abrir monumentos que existe en Granada, tal y como ocurrió en marzo en el inicio de la pandemia
Ocho meses después desde que comenzara la pandemia en Granada y se decretara el primer estado de alarma, la Alhambra ha vuelto a quedar desierta y huérfana de sus principales inquilinos, los turistas, que no pueden acceder al recinto.
La normativa es muy estricta en Granada, donde desde hace una semana está prohibido abrir al público monumentos y museos, motivo por el que este espacio se ha quedado como ya sucediera en marzo totalmente en silencio.
El único ruido lo aportan por tanto los pájaros que rondan por los palacios a sus anchas, los sonidos del agua y de forma menos protagonista quienes continúan con trabajos de restauración en el recinto.