viernes 26 abril
Sucesos  |   | EFE

Uno de los guardias civiles que actuó en Íllora dice que no se podían prever asaltos a casas de familias gitanas

Este agente considera además que dichos altercados podrían haberse producido igualmente incluso si se hubiera llegado a contar con más efectivos

Uno de los tres guardias civiles que han declarado este martes como testigo ante un Juzgado de Loja ha asegurado que no era posible prever los asaltos que sufrieron varias familias gitanas el pasado agosto tras la muerte de un joven durante la feria de la localidad granadina Íllora.

Este agente ha testificado además, según ha informado el abogado de una de las acusaciones particulares Marcos Santiago Cortés, que dichos altercados podrían haberse producido igualmente incluso si se hubiera llegado a contar con más efectivos y que no se llegó a actuar contra los atacantes para evitar males mayores.

Además del referido instructor de la Guardia Civil, han comparecido también como testigos ante el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 2 de Loja, otros dos agentes del instituto armado -aunque uno de ellos había sido citado para este miércoles- que se encargaron de la inspección ocular tras los asaltos sufridos en distintas propiedades de las familias gitanas.

Según el letrado, también se ha suspendido la declaración prevista para este martes de una de las personas investigadas en la causa, cuya comparecencia ya había sido aplazada el pasado 22 de febrero.

Este miércoles está previsto que el juzgado instructor, que investiga a una decena de personas por los altercados, continúe con la toma de declaración de otros dos agentes de la Guardia Civil.

Ataque

La Asociación Sociedad Gitana Española denunció en su día los hechos ante la Fiscalía de Granada y se personó posteriormente en la causa ante lo que consideró un "ataque de antigitanismo, totalmente racista y lleno de odio" contra las familias gitanas que residían en Íllora.

Según este colectivo, resultaron destrozadas sus viviendas, vehículos y enseres, por lo que distintas familias tuvieron que huir de forma apresurada del pueblo al considerar que peligraba seriamente la integridad física de sus miembros, entre ellos menores.

Esto las llevó, en contra de su voluntad, a una situación "de total desamparo y exclusión social", situación que -según ha denunciado Sociedad Gitana de forma reiterada- ha persistido en los últimos meses.

Los hechos se remontan al pasado 15 de agosto, fecha en la que un joven estudiante de 19 años de la Universidad de Almería y vecino de Íllora, murió tras ser golpeado mortalmente en el entorno del recinto ferial presuntamente por el arrestado.

Esta agresión motivó que Íllora convocara una concentración espontánea para exigir justicia, que se desarrolló de forma pacífica aunque, posteriormente, se registraron incidentes contra inmuebles y vehículos de la familia del supuesto agresor, otro joven de 23 años quien fue detenido como presunto homicida y que permanece en prisión provisional a la espera de ser juzgado.

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