Feijóo se ríe de España
“Que se caiga España que ya la rescataremos nosotros”. ¿Os acordáis de esta frase? La pronunció Cristóbal Montoro en el año 2010. Estábamos en plena crisis del ladrillo y España se deshacía. Montoro, en ese momento, verbalizó una idea muy de la derecha española, esa derecha que tiene tan poco que ver con la ilustrada y liberal del contexto europeo; esa derecha más cercana al modelo caciquil de la España del XIX, la de Romanones; esa derecha insolidaria y rehén de unos poderes a los que debe una pleitesía extraña y que siempre están detrás de políticas como las del recate a la banca a través de inyecciones obscenas de dinero público o amnistías fiscales que, curiosamente, estuvieron firmadas por el mismo Montoro.
Pues esa frase lleva varios días en mi cabeza desde que el pasado sábado, Feijóo quiso entrar de lleno en la ceremonia de los Goya y pactó con dieciséis medios de comunicación de toda índole e ideología, plantear que, ahora, indultar a los “maldiltos independendentistas” no estaría tan mal; que ahora, al menos durante 24 horas, pensar en una amnistía no estaba tan mal; que ahora, el presunto delito de terrorismo que algunos pretenden imputar a la lamentable, criticable y execrable conducta de los CDR, va a ser muy difícil de hacer; que ahora, hay que arbitrar una estrategia para construir una reconciliación con Cataluña. Sí, ahora. Ahora vale hacer todo lo que el Gobierno de España lleva intentando ocho meses.
Desde agosto, el mismo Feijóo, porque hablamos del mismo tipo, subido a lomos del caballo de VOX, ha puesto en marcha una estrategia de tensión salvaje que ha puesto en peligro la propia convivencia en nuestro país. En ese “cuanto peor, mejor” en el que el PP lleva instalado, resulta que Feijóo decía una cosa mientras pensaba otra… o no. Así de desquiciados andan por el PP. Para ellos, tal y como puso de manifiesto Montoro, lo importante no España, sino que España se caiga para ellos presuntamente levantarla, algo que también es falaz, pues a la hora de levantar algo lo que hacen es favorecer a los de siempre. Quiero recordarte que este mismo Feijóo hizo una gira por las instituciones europeas para desacreditar las políticas del Gobierno de España, criticando lo que ahora no ve tan mal.
Llevamos meses intentando explicar lo nocivo que hubiera sido para España tener un gobierno que contase con un vicepresidente como Abascal o con ministros como Espinosa de los Monteros, Ortega Smith o Rocío Monasterio, pero a estas alturas habría que unir a esa reflexión el problema que hubiéramos tenido los españoles con un presidente que es incapaz de mantener un solo criterio, un presidente que miente abiertamente (ya lo hizo en campaña electoral y se le desmontaron todas y cada una de sus mentiras), que es capaz de amparar ataques a las sedes de partidos políticos democráticos que llevan a la práctica las mismas políticas que, en caso de haberlo podido hacer, llevaría a cabo.
Ya va siendo hora de desmentir esa frase del propio Feijóo que provocó la hilaridad de todo el Congreso de los Diputados durante la investidura de Pedro Sánchez como Presidente del Gobierno. Este gallego, amigo de narcos y que no declara su sueldo, no es el jefe del ejecutivo, no porque él no quiera, sino porque nadie quiso. Ni Junts, ni VOX, ni su electorado… y ahora se ve por qué. Es un tipo con un liderazgo precario, prestado y diferido, en manos de Abascal, Losantos, OK Diario y Ayuso., entre otros. A ellos les debe estar donde está porque fueron los instigadores del golpe de estado interno en Génova que acabó con Pablo Casado. Él fue elegido, no tanto por su capacidad, como nos hicieron creer, sino por su facilidad para ser manipulado como un títere en un partido que ha perdido la centralidad y la vocación de servicio a España, el líder del partido que mejor representa el interés particular de una casta millonaria, insolidaria, radical y excluyente.
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