Luna creciente (23 de Abril de 2014)
Mi aburrimiento a esa hora era tan espectacular, que fui capaz de encender la televisión. Un presentador muy mono, nunca mejor escrito porque era un auténtico macaco peludo, explicaba que el mundo está así porque los miembros de las sociedades civiles no eran primates. Y me dije para mis adentros: ¿Otra película sobre el Planeta de los Simios? Pero no. No era una película nueva de simios. Y ya que una presentadora monísima, de guapa y de esplendorosa y peluda, también comenzó a explicar, era un informativo en toda regla, que la culpa de los males del planeta era de los humanos y no de los monos. Y que los monos sabían sumar con una gran habilidad. Y al igual que los humanos antiguos. Y ya que los humanos de ahora mismo solo sabían restar. Estoy soñando, me volví a decir a mí mismo. Y me pellizqué en esa parte del cuerpo de los varones que duele una barbaridad. Estaba despierto. O sea, que dice la presentadora que los macacos saben sumar. Y que sumar ya no es patrimonio matemático de los hombres. ¿Es cierto y verdadero que es muy importante sumar? ¿O es muchísimo más importante restar? ¿Y qué pasa con lo de dividir y multiplicar? Yo alucinaba. Pero me volví a decir, que todo aquello eran cosas de la televisión para ganar audiencia. Y que no me lo debía de tomar en serio. ¿Por qué los macacos no pueden aprender a sumar?, me dije sin pellizcarme en ese sitio varonil que tanto duele porque se llaman testículos. Alucinante. Los primates sumando y los humanos restando. Hay que ver, lo impresionantemente hermosa que está la presentadora tan monísima sin vestir, y porque los macacos, hembras y machos, siempre van desnudos. Aunque lo mejor fue, que me quedé dormido al poco rato.
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