Luna creciente (Don Francisco) (24-7-2015)
Don Francisco
Todos le llaman Paco. Aunque este modesto servidor y picapedrero que firma esta “Luna creciente”, gusta llamarlo por su nombre oficial: Francisco. Francisco Cuenca es un maestro de escuela que no tiene que segar trigos en los veranos para sacar a su familia adelante. Y porque es el indiscutible jefe mandamás rosicler de la bancada socialdemócrata del PSOE en la Casa Bailía (ayuntamiento granatensis), esa casa de todos que está sita en la bellísima Plaza del Carmen. Tiene cara de párvulo. Y antiparras de intelectual. Y se viste con la elegancia de un zagal posmoderno. Aunque ya es un padre que se afeita con la soltura del que conoce bien los entresijos del uso de una máquina de afeitar a pilas o con corriente alterna. Posee una voz melódica de querubín sin rizos en sus cabellos oscuros, pero no es un ángel de Dios. Es un socialdemócrata al servicio del pueblo soberano. Es también un hombre político de a pie de calle, ese que recorre los barrios periféricos para constatar que el equipo de gobierno del municipio granadino, el PP imperial y rampante, posee dos varas de medir a la ciudadanía de esta ciudad de almendras garapiñadas tan amargas como los ciudadanos que conocen que no son de primera clase. Don Francisco no es don Paco. Es un político rojal que puede llegar a alcalde de Granada, y quizá antes de que las jubilaciones se esfumen sin humo.
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