Luna creciente (El ébola no es un simple sarampión) (10-10-2014)
El ébola no es un simple sarampión
Somos un país chapucero. Sí. Y da igual que gobierne y administre el PP o el PSOE. Somos chapuceros por naturaleza porque nunca tuvimos una revolución que nos sálvese a tiempo de la monarquía absolutista, del analfabetismo, del caciquismo, del franquismo fascista y de la iglesia católica, apostólica y romana. Y de algunas otras cosas más que son sociales, culturales, políticas, religiosas y económicas, y que eran absolutamente perniciosas para la sociedad civil de un pueblo mártir como es el español. Con el tema del ébola, no han sido capaces de controlarlo y de observar los protocolos que evitasen que los profesionales de la medicina se infectasen. Tener una ministra de Sanidad que de medicina conoce que las aspirinas son buenas para el dolor de cabeza y que el agua oxigenada corta a tiempo la sangría de un dedo afectado por un martillazo, origina que lo chapucero continúe en el siglo XXI. Y como no se escapa ni el gato ni el perro de poseer en España tantos políticos zurupetos e ineptos, dejamos de escribir del ébola, esa enfermedad que no es un simple sarampión como parece que nos quieren vender su contagio, y narramos que España no es la “hostia en bicicleta”, sino que es la “reostia en motocicleta”. Y también que si tuviese menos años a las espaldas, seguro, me iba a otro país, el que sea, y porque nunca podré encontrar otro peor. Aunque deseo dejar claro que quien o quienes se metan con mi patria, España, les arranco la yugular de un mordisco certero por escrito. Y dejo de escribir, y porque me enciendo como una antorcha o como un mechero. La señora Mato, doña Ana del PP, sin duda alguna la anteriormente mencionada ministra de Sanidad, podría ser una gran dama “maruja” o la secretaria para todo de un rey encantado y encantador que vive en un exilio áureo.
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