Luna creciente (El sueño del señor Pérez) (29-7-2014)
El sueño del señor Pérez
El señor Pérez, de sonrisa socarrona como un ilustrado senador romano, siempre con esa elegancia antigua de un guardarropa aristocrático que sabe conjugar el color de las corbatas con el terno, los zapatos, los calcetines, la sonrisa socarrona y las antiparras para poder distinguir la lana del percal, es un político experimentado que ha aprendido bien el oficio porque lleva en este arte desde un poco después de que hizo la Primera Comunión. Se le ha caído la pelambrera, antes de llegar a la política ya apuntaba una testa despejada con signos de poder lucir bien el laurel de senador, por saber sortear las zancadillas políticas que hacen que los políticos mueran por doquier en las cunetas de la política. Un saludo, noble senador porque yo un rojo reconocido no me avergüenza tener un amigo conservador a vena, y habrá que poner atención porque no es lo mismo soñar que tener un sueño en términos políticos. Soñar políticamente puede ser fantasear o divagar oníricamente, pero un sueño político puede ser no darle descanso a la realidad. El sueño de la Diputación de Granada, no hay que ser Pitágoras ni Merlín, va a estar complicado el año que viene 2015. Y porque la mayoría puede ser una pesadilla para el PP, y dado que andan por ahí tres formaciones políticas, el PSOE también camina como un zombi, que discurren en lo que se llama “emergentes”, IU, UPyD y PODEMOS, y que pueden frustrar la mejor de las ensoñaciones políticas del señor Pérez. Los sueños también sueños son y, por ello cuando por la mañana te levantas, te puedes encontrar la jodida realidad de que el ayuntamiento granadino puede ser mucho más asequible que la diputación también granadina. Eso. Hay que soñar con un ojo cerrado y el otro abierto, y para que no te den liebre por gato. En política un sueño, puede ser no soñar despierto.
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