Luna creciente (Enseñar al que no sabe) (22-9-2014)
Enseñar al que no sabe
Sir Winston Churchill, inglés que empinaba el codo todos los días mucho más arriba de sus políticos hombros de Premier británico del Reino Unido, fue y razonó lo siguiente: “El político debe de ser capaz predecir lo que va a ocurrir mañana, el mes próximo y el año que viene, y para explicar después por qué no ha ocurrido”. Y también fue un político válido para argumentar lo siguiente con un sentido común poco común en otros hombres públicos: “La democracia es la necesidad de doblegarse, de vez en cuando, a las opiniones de los demás”. Además de bebedor empedernido, Churchill fue un enorme animal político que expresaba genialidades cínicas y maquiavélicas. El “no” de la ciudadanía de Escocia, no es más que la sensatez política llevada a la madurez democrática de un pueblo que ha preferido aquello de que la unión hace la fuerza. Obvio. ¿Habrán aprendido algo los nacionalistas catalanes de este “no” en Escocia? ¿Habrán aprendido lo suficiente los dos partidos del bipartidismo español, PP y PSOE, que un Estado Federal es importantísimo para España y su futuro? ¿En el caso de que la llamada a las urnas prospere en Cataluña para decidir su independencia y el “no” fuese el ganador, dimitiría el señor Mas? ¿Y en el caso de que no se celebre la consulta porque la cuestión es anticonstitucional y la Ley impide que se celebre lo votación, dimitirá en señor Mas? El Reino Unido nos lleva años luz en esto de la democracia, y hay que aceptarlo sin rechistar. Pero no para llorar, rasgarse las vestiduras y echarse cenizas en la testa, no, sino para aprender que la democracia inglesa antigua es mejor. ¿Aprenderán estos políticos que poseemos por votarlos como funciona la democracia inglesa? No. Estos políticos nuestros son de olla, oídos sordos y corrupciones variadas.
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