Luna creciente (La ciudadana seguridad de ley) (14-7-2014)
La ciudadana seguridad de ley
Cascarrabias López y Desabrido Pérez, dos amigos inofensivos que están paseando por las cercanías del Congreso de los Diputados (Madrid), son abordados por mil agentes de los Cuerpos de Seguridad del Estado. Los mil agentes, unos trabajadores asalariados por cuenta del Estado que son unos mandados, por cierto, los que están mejor valorados por la ciudadanía, les piden a Cascarrabias López y a Desabrido Pérez que se identifiquen en el acto. Y ésos les contestan al millar de agentes de la Policía, que como van en ropa deportiva no llevan ningún carné acreditativo que demuestre que ellos son Cascarrabias López y Desabrido Pérez. Que es un fallo importante, pero que han salido a la calle sin el DNI. Y los mil agentes de la autoridad más que competente, les advierten de que van a ser detenidos por no identificarse.
-¿Ustedes dos individuos van quizá de pachanga deportiva?-, les pregunta el agente al mando de los mil policías.
-Pues no. Vamos de paseantes en Cortes. Somos dos desempleados del Gobierno anterior socialdemócrata que esperamos que vuelva a ganar las elecciones generales el PSOE, y nosotros seamos de nuevo miembros electos del Hemiciclo. Nosotros queremos decir, que volveremos a ser diputados en el Congreso de los Diputados-, le dice Cascarrabias López, afirmando con la cabeza Desabrido Pérez, al agente al mando de los mil policías.
-¿Ustedes dos no serán dos políticos feroces como esas mascotas que causan daños ni dos clientes de las señoritas putas que van disfrazados de deportistas y que requieren sus servicios en la puerta de un colegio religioso concertado de pago?-, le vuelve a preguntar el agente al mando de los mil policías.
-Que no coño. Que nosotros solo somos dos políticos en paro-, le vuelve a decir Desabrido Pérez, asintiendo con la cabeza Cascarrabias López, al agente al mando de los mil policías.
-¡Aaaah! ¡Bueno! ¡Los cojones! Esto es otra cosa… Es que le podían caer hasta 600.000 euros del ala si se nos ponen chulos-, les apostilla el agente al mando de los mil policías.
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