Luna creciente (La política es un corral) (17-9-2014)
La política es un corral
La política ha llegado, quizá los partidos políticos en su obcecación política todavía no lo han detectado, a ser un corral de vacas o cerdos. Ustedes dilectos lectores, eligen vacas o cerdos. Lo de dimitir, lo del honor personal y político, la ética personal y política, la honradez personal y política, ya han desaparecido. Y si es que alguna vez hubo algo de todo esto en los partidos políticos. ¿Cómo es posible que un alcalde al que condena la Justicia a 8 años de inhabilitación especial para empleo público por prevaricación, no dimite. Nos referimos al alcalde de la localidad granadina de Íllora y a 4 de sus concejales. Todos del PSOE. ¿Y cómo es posible que el presidente local del PP de la misma localidad, condenado a 9 meses de prisión, tampoco dimita? ¿Qué hace falta cometer o llevar a cabo de forma delictiva para que un político dimita? Tanta corrupción política no es posible. Aduce el alcalde socialista condenado de Íllora, “que carece de fundamentos jurídicos su condena”. Y también proclama, “que existen pocas pruebas”. O sea: ¿Que él se juzga a sí mismo y no acata la decisión judicial de un juez? Me he quedado en blanco. ¿Y qué hará el juez ante esto? Van a recurrir la sentencia. ¿Y si son condenados de nuevo que harán los condenados políticos del PSOE de Íllora? ¿Y qué hará el juez? Bueno. Sigo en blanco. ¿Quizá se vuelva a la caverna y a la justicia del ojo por ojo? ¿Quizá volvamos a la justicia del más fuerte con un garrote o un pistolón de grueso calibre? Si esto en una democracia, quizá yo sea el obispo de Astorga. Quizá yo esté totalmente errado o errático. Demócrata soy por narices. O por eso que ustedes piensan ahora mismo. No sé. Solo sé que nada entiendo. ¡Qué vergüenza más objetiva!
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