Luna creciente (Los mítines políticos II) (10-3-2015)
Los mítines políticos (II)
La ciudad de Granada, urbe que lleva durmiendo la siesta de 24 horas diarias más de mil años, quizá sean algunos más, fue llamada por los que dicen que las cosas van a cambiar a mejor si ellos ganan las elecciones autonómicas para que asistiera al mitin político mayestático del candidato conservador que mejor no usa la corbata de seda natural anudada a su camisa de marca impoluta y bastante cara. El día había amanecido como todos los días que amanecen espléndidos para los ricos y menos espléndidos para los pobres, y aunque el sol salga para todos por igual. Los gorriones urbanos seguían copulando con las gorrionas urbanitas. Las palomas cantaban Ave María a doquier y arrojaban pétalos de incienso y lata sobre las cabezas descerebradas de muchos más ciudadanos de la cuenta. Y unos ángeles, sin espadas de fuego, revoloteaban por las cafeterías de moda, esas tan caras que venden licores y néctar de Ambrosía, para captar oyentes sorderas del mitin del candidato conservador que promete ganar para adecentar las cuentas de la Andalucía errática al estilo del arreglo que han realizado los señorones conservadores en la Comunidad Valenciana y en la de Madrid. La expectación era real y solemne. Era infinita. El silencio se oía hasta en Lugo. Y el candidato, quitándose su chaqueta de cachemir, alzó la voz majestuosamente: “Escuchad pueblo de Granada, el que nos pertenece desde los tiempos de los Reyes Católicos, el coñeo corrupto se va a acabar. Y porque cuando nosotros gobernemos y administremos en Andalucía, el coñeo corrupto se realizará al estilo valenciano y madrileño. Vamos a bajar todo y a subir todo. Y vamos a reducir los desempleados porque los mandaremos directamente a los países ricos de Europa. Somos elitistas. Somos pijoletos. Somos la reserva XXXL de España. Somos condes y marqueses. Somos caballeros con caballo. Somos la rehostia”.
Popular ahora
