Luna creciente (Matar no es verbo) (15-5-2014)
Matar no es verbo
La vida de las personas es intocable. Nadie puede atentar contra la vida de una persona. Pero para que la vida sea respetada por todos sin excepción, habría que hacer una nueva evolución de la especie humana. El hombre ha matado a sus semejantes desde el mismo comienzo de la vida, y nunca ha dejado de matar. Y nunca dejará de matar. El hombre es un ser codicioso que gusta de atesorar más que sus semejantes. El hombre es envidioso y envidia lo que los otros poseen. El hombre es violento con reacciones violentas que se le escapan de su buen obrar con los demás. Y el hombre lleva matados a demasiados millones de semejantes a lo largo de la Historia por economía, religión, cultura y xenofobia. Y no se atisba dejar de matar. Ahora mismo en nuestro país (España), existe una enorme crispación política y social en la sociedad civil, y todo ello producido porque la vida pública ha tomado unos derroteros de corrupción política y económica que no son los apropiados para una democracia formal que ha desarrollado libremente un modelo de Estado Social de Derecho en el que no se cumplen muchos de sus fundamentos esenciales que están recogidos en la Constitución Española actual. Nadie tiene derecho a quitarle la vida a otra persona. ¿Pero las sociedades actuales decadentes han enseñado a sus miembros, civiles y políticos, a respetar la vida ajena con la claridad necesaria? ¿Estos Estados decadentes enseñan con el ejemplo de sus hombres públicos y de la sociedad civil que todos estamos sometidos por igual a la Ley y a la Justicia y que todos somos iguales ante la Ley y la Justicia? Un crimen, social o político, siempre es execrable y condenable por inútil. Aunque diez mil aforados políticos y más de dos mil imputados políticos son demasiados para una sociedad civil que sufre económicamente.
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