Luna creciente (Pactar no es lo mismo que pastar) (29-5-2015)
Pactar no es lo mismo que pastar
Pactar no es lo mismo que pastar. Y ya que los rumiantes que pacen no se dedican a eso de los pactos políticos. Aunque los mercachifles, sí son todos iguales en todas las partes de este mundanal ruidoso. Convenir no es lo mismo que tascar. Y porque los équidos no convienen políticamente cuando se alimentan de hierbas. Aunque los mercaderes, sí son todos semejantes en este planeta políticamente tan decadente. Avenir no es lo mismo que pacer. Y ya que los animales mientras pacen no avienen políticamente. Aunque los tenderos, sí son todos unos mandilones que venden y compran. Acordar no es lo mismo que ramonear. Y ya que las jirafas no acuerdan nada político mientras se alimentan de las hojas de las acacias. Aunque los negociantes, sí son todos especuladores que suelen vender su alma y las almas de los demás. Aliar no es lo mismo que rumiar. Y porque los que se alían no rumian ni mascan políticamente hasta la saciedad que no se sacia nunca. Aunque los traficantes, sí son capaces de pedir una libra de carne que esté lo más cerca del corazón humano y para recuperar un préstamo. Tratar no es lo mismo que apacentar. Y ya que los que tratan no apacentan a las ovejas políticas. Aunque los vendedores, sí son capaces de vender un Rolex realizado con un pedazo de madera y con el vidrio opaco de la botella de un vino peleón. Hemos pasado de las mayorías aplastantes políticas, de los rulos políticos, a los inevitables pactos políticos, aunque esto no es pernicioso cuando se posee vocación de servicio al pueblo soberano por parte de los partidos políticos. ¿Y la dama Aguirre, un ejemplo de esperpento político, todavía no ha adquirido conciencia política de que su tiempo ha pasado? Y lo mismo ocurre con los políticos que aún viven trasnochados.
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