Luna creciente (Teatrico nacional) (18-9-2014)
Teatrito nacional
Es alucinante. Es esperpéntico. Es una vergüenza. Es algo irreal e impensable, y a tenor de haber padecido una dictadura asesina y canalla durante 40 años y llegar a un Estado que es democrático y encontrarnos con el teatrito nacional dando funciones diarias a troche y moche. Aduce el ciudadano Puyol Ferrusola, Jorge, ante el juez pertinente, que no ha cobrado comisiones ilegales. Ni una sola. Nada de nada. Y el juez lo manda a su casa para que siga contando su dinero porque es un tipo que todo lo gana con el sudor de su frente y con su altísima capacitación profesional. Es alucinante. Es esperpéntico. Es una vergüenza. Y es algo irreal lo que nos está aconteciendo en este país de mierda hasta el mismo techo. Y sin aparente, esto parece, arreglo posible de una situación insostenible en la que prima el “antifaz”, los “guantes” y seguramente el “pistolón” poco visible a los ojos de la ciudadanía, pero que puede estar por si hace falta que continúen las cosas de la corrupción política y empresarial. Y aduce también el señor Mas, don Arturo, en otro orden de dislate, que le va a enseñar lengua árabe y religión islámica a los hijos de las familias marroquíes que viven en Cataluña. ¿Y rumano también para los que allí viven? Esto es una situación de locos de atar. España camina por una senda, esto de las sendas es propio y genuino de lo español porque antes era la senda imperial, y ahora es la senda de las loqueses disparatadas. ¿A dónde vamos a llegar? A lo absurdo. A lo que es equivocado. A la puta confusión. A lo que es babélico. Al teatrito de marionetas con cachiporra y diálogos de los muñecos irrazonables, estúpidos y con las mentes huidas a los espacios siderales. Son tiempos en los que la internacionalización es el único camino para que todos los países sean iguales y no existan mundos primeros, segundos y terceros. Estamos seguros que el juez Ruz, todavía no ha dicho su última palabra.
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