Luna creciente (Una guerra, dos guerras, tres guerras...) (14-11-2014)
Una guerra, dos guerras, tres guerras…
Granada es tierra de guerras. Siempre hay guerras políticas en Granada. El PP y PSOE, cuasi prusianos, son dos partidos políticos, son el bipartidismo ya obsoleto y fosilizado, que son increíblemente guerreros. Son como Atila el bárbaro y su caballo. Los políticos granadinos son como los últimos mohicanos, siempre están guerreando. No existe cierto descanso para los guerreros granadinos. Ahora de nuevo, sí, la dama guerrera, a sus pies señora, Isabel Nieto, concejala delegada de Urbanismo del Ayuntamiento de Granada, la Casa Bailía de todos los granadinos, vuelve a desenterrar el hacha de guerra y aduce que no se dará la licencia de primera ocupación al PTS hasta que la Junta de Andalucía no presente todos los certificados. ¿Y cuáles son todos los certificados? Aunque la guerra nueva paraliza abrir un hospital que es necesario porque la ciudadanía enferma de gravedad, no por las guerras políticas, sino porque el cuerpo humano no es tan perfecto como el body de los ángeles custodios, esos que no tienen “pilila”, aunque sí poseen ciencia infusa y una espada de fuego que acabaría al instante con todas las guerras políticas en Granada y su provincia. E incluso en España entera. Con esta ametralladora, dice el sabio Sisebuto, mil disparos al minuto y sesenta mil por hora. Que gloria será la mía si esta máquina potente llegara a matar buenamente un millón de hombres al día. Y porque proclamarán su bondad hasta en las más lejanas tierras y así acabarán las guerras y también la humanidad. Lo nuclear igual. En Europa existe una circunstancia pública que se llama cohabitación política, algo que aquí no existe ni por testículos u ovarios. Tampoco existe en Europa tanta corrupción política ni tantos bandidos políticos. Eso.
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