Municipalismo, democracia y derechos
Sin duda, el municipalismo es la base institucional que más fortalece la democracia a través de la participación directa de la sociedad civil, en la que podríamos encuadrar a los movimientos sociales y vecinales, pero también a las organizaciones políticas que desarrollan su acción en el ámbito municipal. Es lo que en opinión de muchos se sintetiza en la frase “piensa global, actúa local”.
Las elecciones municipales nos dan la oportunidad de proteger los derechos conseguidos y seguir avanzando hacia otros nuevos y con ello fortalecer la democracia. No hay democracia plena si no hay democracia local, pues es la que permite vertebrar la sociedad tejiendo una red de redes sociales que ponga en común experiencias, conocimientos y desarrollo de ideas que favorecen al común de la ciudadanía. Para esto, es imprescindible que en Granada se constituya un gobierno municipal verdaderamente progresista. La derecha ha gobernado durante más de una década y el resultado ha sido una ciudad partida, desvertebrada socialmente, endeudada financieramente y que ha situado a más de un tercio de sus habitantes en un umbral de riesgo de exclusión social.
Por otro lado, un gobierno solo del PSOE en Granada, como se está viendo, no camina con decisión hacia los cambios indispensables que necesita nuestra ciudad y su Área Metropolitana, aun cuando dispone de un presupuesto municipal que ha contado con la participación y apoyo activo del grupo municipal de Unidas Podemos e Independientes, que permite viabilizar políticas locales de desarrollo que benefician a la mayoría de la población.
Así mismo, parece muy importante que las fuerzas políticas situadas a la izquierda del partido socialista trabajen de forma que les permita seguir cooperando entre sí aún la diversidad existente. En este caso, la confluencia que conocemos como “Granada se Encuentra”, a la que se ha incorporado Alianza Verde, es un espacio de participación que permite esa colaboración y la puesta en común de un proyecto político local para conseguir una candidatura municipal fuerte y representativa, en la que no solo deben estar las personas elegidas por las organizaciones políticas, también las que son independientes, asociando, así mismo, al feminismo, la ecología y el andalucismo que está enraizado en nuestros pueblos, lo que nos aporta una palanca y herramienta ideológica de vital importancia para ganar la batalla cultural que hoy se está librando y en la que la democracia no puede salir perdedora y solo la ganará desde la implementación de políticas progresistas, de izquierda, pues desde la derecha a lo único que se aspira es al ejercicio del poder para debilitar el estado de derecho, social y democrático que consagra nuestra Constitución Española, favoreciendo a los que más tienen y cuya consecuencia no es otra que la fractura social.
Las elecciones municipales de 2023, por tanto, se presentan como una gran oportunidad para definir un proyecto y discurso político propio que ponga en valor todo lo conseguido hasta ahora y seguir desarrollando una política útil para la gente que, en ningún caso (siguiendo a Mario Ortega) “se hace desde el adanismo, el historicismo, el ensimismamiento o la soberbia”.
EL municipalismo es el mejor cauce para desarrollar esas políticas locales que repercuten directamente en la gente con mejoras sociales, económicas y ambientales y que pueden hacer de Granada una ciudad más amable, con identidad y estratégica en el ámbito de Andalucía, marco del que no nos podemos desentender, como tampoco de la necesaria descentralización del poder económico e institucional, irrenunciable para la higiene y salud autonómica andaluza.
El municipalismo, lo lleva en su ADN, impulsa y se compromete con dinámicas contra la desigualdad social y de género, de sostenibilidad ciudadana y urbana, recuperando el control de los servicios públicos que son de su competencia. Todo ello, es consustancial para crecer en democracia y obtener más bienestar y derechos.
Popular ahora
