¿Oiga? (24 de Abril de 2014)
Siento una gran desesperación y una enorme vergüenza propia, pero confieso que me aburro como una ostra de secano con los políticos y con la sociedad civil en la que vivo. No observo más que despropósitos. Aunque pido perdón por ser tan franco y descarado. Pero es la verdad. Y ya que los políticos electos son unos zurupetos esplendorosos y la ciudadanía, a la que pertenezco, está cogiendo moscas lelas a dos manos cuando vota y cuando no vota. Oiga: ¿Ustedes, caros ciudadanos y compatriotas míos, creen que los presidentes de Gobierno pueden un misterio en sí mismos? Oiga: ¿Por qué los alcaldes son personajes tan fotografiados que se olvidan de las cosas que faltan, también de lo que no falta, en las ciudades en las que gobiernan y administran? Oiga: ¿Y las nobles y leales oposiciones políticas son como los floreros de las casa señoriales de los ricos y de los aristócratas? Oiga: ¿Y por qué no existe el pueblo soberano para los políticos de quita y pon? Oiga: ¿España es tan inculta que aúlla en las noches sin luna como aúllan los perros con zapatos cuando están atados con largas y hermosas ristras de longaniza?
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