¿Oiga? (Entre picos y azadones) (19-6-2015)
Entre picos y azadones
Ni que escribir tiene, ¡oh maravilluja o picos y azadones!, que esta tierra granadina es proclive y consuetudinaria a que aparezcan, de vez en cuando, más de vez en cuando de lo necesario, criaturas humanas que dan explicaciones con “entre picos y azadones… mil millones”. O que no las dan. Y sin ánimo de hurgar en la herida ni de vilipendiar… Oiga: ¿Y qué pasa, si es que pasa algo, con las cuentas diinerarias, no las del Gran Capitán, de la Fundación Federico García Lorca? Los que somos admiradores rendidos hasta nuestra propia muerte del poeta universal, sobre todo de “Poeta en Nueva York”, estamos totalmente apenados de que Federico García Lorca, genial y universal, siempre esté rodando como una piedra por los caminos equivocados de una senda llena de situaciones que le son ajenas a un poeta y dramaturgo de su genialidad y universalidad. Oiga: ¿Y no es ya hora de que Federico García Lorca no rueda más de mala manera por esas sendas tan canallas y equivocadas? La primera vez que leí “Poeta en Nueva York”, me quedé tan fascinado que fui capaz de entender al instante que con las genialidades e universalidades de la obra de Federico García Lorca, siempre los fenicios intentarían sacar una buena tejada crematística. Oiga: ¿Hasta cuándo van a seguir asesinando a Federico García Lorca? Oiga: ¿Y por qué es tan difícil, en algunos, de contentarse solo con el dinero que se gana con el sudor de la frente?