¿Oiga? (LAC) (7-7-2015)
LAC
La dama Francés, doña María, concejala delegada de Movilidad, mujer humana de luces mentales largas y no cortas ni de cambio al adelantar, ha comentado por su boca edilicia y corporativa municipal que las LAC, ¡toma!, ya han sido aceptadas por la mayoría de los bípedos cavernícolas granatensis. Esos que gustan de ir en el “troncomóvil” como Pedro Picapiedra, y en vez de subirse a unos autobuses que parecen gusanos gigantes con variadas ruedas motrices que siempre llegan a su destino. Y aunque el personal tenga que hacer algún que otro trasbordo. Así se conoce a muchas más gentes y rincones bellísimos de Granada. Oiga: ¿Viajan poco los granadinos por Europa y por esto no conocen como son los medios de locomoción públicos europeos? A mi me gustan los catetos, pero en su justa medida. Un cateto pertinaz, como la sequía por el anticiclón de Las Azores, es como comerse un solo individuo un jamón de una sentada. Se puede palmar, estirar la pata, en el intento. Y además, hay que avanzar hacia el futuro. No se puede ser unos cavernícolas empedernidos, esos catetos que maúllan cuando tienen que ladrar y que ladran cuando toca maullar. Gatos volando. Gorriones cazando ratones. ¡La leche en patín, es esa Granada cuando huele a sudado calcetín retrogrado! ¡No a los autobuses públicos de Granada que estén tirados por ruchos de graciosa donación!