Relatos cortos sin recortar (Ciudadanos públicos singulares XVI) (6-3-2015)
Ciudadanos públicos singulares (XVI)
Las ciudades son reductos urbanos llenos de gentes, pero también son espacios urbanos en los que ocurren las más peregrinas situaciones sociales. Allí en las ciudades, repletas de humanos seres complejos, se dan luchas terribles por sobrevivir a diario. Hay guetos para pobres y existen exclusivas urbanizaciones para ricos. Federico Ortega Cazacoños, lo primero que realizó cuando el dinero de las corrupciones políticas le llegó con linda abundancia, fue comprarse un chalé de mil metros cuadrados con una espaciosa cochera y un jardín con piscina. Federico Ortega Cazacoños, es un frailuco senador progresista del Reino de España. Un político que lleva seis legislaturas afanando negro dinero corrupto. Este político singular, es católico y socialdemócrata. Y tiene un lunar en su pene, lo que hace que s herramienta sexual se parezca a un escualo de vientre blanco y lomo oscuro, y según desde el ángulo visual por el que se observe el enorme pene. Este senador, colecciona gafas de sol de tortuga carey y sellos sin matar del dictador Franco.
Cuando a Alicia Chacachaca y Ruíz del Vaivén le propusieron ir en la lista electoral del partido conservador, con asegurada opción de salir elegida por ocupar uno de los primeros lugares del rol electoral politiquero, ella le dio las gracias y le expresó a su mentor político, el presidente con poder omnímodo regional, que prefería seguir siendo de buena familia pobre a ingresar en las exclusivas criaturas humanas ricas que se enriquecen con las corruptelas políticas y empresariales. El presidente regional del partido conservador, un tipo casposo de esos que pretende favores sexuales, entró en una miserable cólera terrorífica y en la ira de venganza asiática. Aunque todo esto, horripilante y desmedido, a Alicia Chacachaca y Ruíz del Vaivén, se la trae al pairo. Ella es una señorita de buena familia pobre, pero realmente honrada. Ella prefiere pasar hambre, a tener que prostituirse bajo el patrocinio y servidumbre de un cabrón que solo aspira a tirársela. Alicia, es criatura que no colecciona apetencias dinerarias y políticas.
Emilio Fofón González, presidente de la Patronal de una oscura ciudad y provincia de fantasmas, de profesión sus variadas corruptelas con los políticos del bipartidismo que gobierna y administra siempre, es un redomado depredador sexual que acosa constante a sus jóvenes empleadas y a sus jóvenes empleados, y porque no le hace nada de asco a lo que se suele llamar: ir al mismo tiempo a pelo y lana. Emilio Fofón González, es un depravado sexual. Un monstruo que copula amparado en el enorme desempleo que existe en el país. Un chulesco tipo sin méritos, todo lo heredó de su padre, que posee una malaleche de mandarín chino con las personas que lo contradicen o que no acatan sus deseos. Aunque su señora esposa, santa madre de sus hijos, al conocer sus andanzas sexuales, se echó un novio de 25 años. Y con el que le pone una cornamenta de las que no dejan dudas, y porque ella no se corta en público con el bello y joven maromo. Emilio Fofón González, sucede así, es el penúltimo en conocer lo de sus apéndices córneos.
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