sábado 18 mayo
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Relatos cortos sin recortar (Ciudadanos públicos singulares VI) (30-1-2015)

Ciudadanos públicos singulares (VI)

 

Bonifacio Boniato Perdigón, es un tipo esbelto, fuerte y muy huérfano en amores de las mujeres. Y, por ello, siempre está lampando por llevarse una dama maciza a la boca o al tálamo. Aunque con su belleza varonil, rubio con ojos azules y atlética figura, le cuesta muchísimo encontrar mujeres que deseen tener relaciones sexuales con él. Es algo que parece inaudito, pero es cierto. Aunque comprensible en el fondo, y ya que Bonifacio Boniato Perdigón, es también un caníbal conocido al que la Justicia nunca lo ha podido encausar por asesinato y canibalismo. Las malas lenguas aducen, que es un vampiro al que todo el mundo, incluidos fiscales y jueces, le tiene pavor. Son habladurías, pero lo cierto es que desaparecen mujeres sin dejar rastro alguno. Y que aparecen múltiples huesos humanos cocinados en los contenedores de basura de los barrios alejados del centro de la ciudad. Existe un miedo fundado, pero el asesino caníbal sigue actuando sin que sea detenido y puesto a disposición de un juez. Y también aducen, que es invisible.

 

Mari Pili Sánchez Orejón, en realidad se llama Juan Luis Sánchez Orejón, es un gay que trabaja en el Ministerio de Cultura como un lindo secretario del secretario del secretario del ministro del ramo, y que da unos saltos preciosos al caminar con prisa y al saltar las aceras de las calles. En realidad, es un afeminado que nació en un cuerpo de hombre que no le corresponde. Y porque a Mari Pili Sánchez Orejón, lo que realmente desea es ser una Maruja con todas sus consecuencias. Algo a lo que tiene totalmente derecho, y ya que cada uno debe de ser lo que desea ser, valga la obviedad, en esta vida llena de doble ética, de crueldad extrema, de odios malsanos, de envidias singulares y de mentiras que son totales o parciales. Mari Pili Sánchez Orejón, funcionario, también mueve el culo con gracia y donaire, lo que le confiere un gracejo de “mariquita” sin que este término sea peyorativo. Es una gran persona servicial como funcionario y como ciudadano de a pie. Una criatura encantadora que quiere ser mujer, pero al que el ministro del ramo lo amenaza con despido si cambia de sexo.

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