sábado 18 mayo
Opinión  |   |

Relatos cortos sin recortar (Ciudadanos públicos singulares XIII) (23-2-2015)

Ciudadanos públicos singulares (XIII)

 

Juan Lagarto Soponcio, arzobispo medieval de una ciudad perdida con una grandísima mayoría de ciudadanos católicos que son conservadores a vena en lo político y terribles usureros decimonónicos en lo económico, tiene instalado al Padre en su ojo izquierdo, al Hijo en su ojo derecho y al Espíritu Santo en su boca arzobispal de pastor que ampara presuntamente a curas pederastas. Y en su sesera, desgraciadamente para él, no tiene instaladas muchas neuronas inteligentes. A Juan Lagarto Soponcio, arzobispo que como humano y como monseñor en activo yerra más de lo que el Vaticano deseara, las lenguas viperinas de los ciudadanos progresistas en su Archidiócesis lo tienen quemado como las brasas de Satanás. Achicharrado. Hecho un tizón. Y ya que lo tildan de ser un gay que está atrincherado en lo que es la homosexualidad que no sale del armario ni aunque la Virgen de Fátima haga el milagro para que confiese que es homosexual. Que le gustan los culitos de los nenes en vez de los de las nenas. Monseñor Lagarto, está absolutamente desolado. Reza sin descanso. Y le pide a Dios, increíblemente loable, por sus detractores progresistas y por los periodistas que dan las noticias de su supuesta homosexualidad y amparo a pederastas. El pastor Lagarto, rabadán eclesiástico de almas perdidas, irá al Cielo. Y allí gozará en demasía de las deíficas delicias que ofrece la Oficina Central de Dios.

 

Facundo Marrano Manoslargas, ya nació siendo un político desde su primer berrido al llegar a este mundanal tan bellísimo y tan canallamente politizado. Facundo Marrano Manoslargas, lloró al nacer del vientre de su señora madre como si estuviese dando un mitin conservador. Facundo Marrano Manoslargas, es hijo primogénito de una familia pequeño burguesa que todavía en la actualidad se dedica a la crianza de cerdos ibéricos para comercializar sus productos con gran éxito. Es un gorrino político corrupto, alcalde de una ciudad pasmada y sutil, y al que todavía la Justicia no ha sido capaz de imputarlo en un solo delito de corrupción política. Y a pesar de que lleva treinta años dándole los titulares a los medios de comunicación de su ciudad, y por sus supuestos tejemanejes que supuestamente pueden ser delitos corrupción política. No necesita ser corrupto, Facundo Marrano Manoslargas. Y ya que la empresa familiar es absolutamente exitosa. Es una empresa que existe desde tiempos antes de las guerras napoleónicas. La empresa de sus antepasados, fue la que sirvió el jamón ibérico al rey José I, Pepe Botella, el hermano borracho del emperador francés Napoleón I. Y posteriormente, también se lo sirvió al descerebrado de Fernando VI. Los fiscales y los jueces están desolados, y porque no son capaces de imputarle ningún delito al político fofo y camastrón. Mientras, él ríe exitoso.

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