domingo 19 mayo
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Retorno del talento

Artículo Olga Manzano 15_06

Entendemos por fuga del talento o migración altamente cualificada la emigración de profesionales y personas de ciencia con formación universitaria en su país de origen a otras naciones, impulsadas principalmente por la falta de oportunidades de desarrollo en sus áreas de investigación, por motivos económicos o por conflictos políticos, generalmente sin expectativa de regreso.

Un ejemplo de fuga del talento en España lo constituyó la marcha de miles de personas de ciencia, cultura, educadores de diverso perfil, al término de la Guerra Civil en 1939. Huyeron de la España franquista y recalaron en universidades de toda Latinoamérica y Estados Unidos.

Otro ejemplo es la emigración de miles de jóvenes con formación universitaria en los últimos años. Esa salida que trivializó la Ministra de Trabajo del Gobierno del Partido Popular, Báñez, llamándola “movilidad exterior”, quizá porque le convenía para maquillar las graves cifras de desempleo: a más emigrados fuera, menos población activa dentro, sí, pero menos parados también. Como si abandonar tu tierra en busca de oportunidades laborales fuera un Erasmus de experiencias y aventuras. Como si cercenar el desarrollo y realización profesional de una parte primordial de nuestra sociedad no fuera empobrecer nuestra economía, cultura y ciencia presentes y futuras. Como si regalar a otras naciones nuestra fuerte inversión en educación superior no fuera quemar las naves que nos debían de conducir a un futuro mejor, de bienestar y equidad.

El último gobierno Aznar, en la bonanza económica de 2004, aprobó una medida con el fin de atraer el talento extranjero y la inversión asociada a él: artistas, científicas de alto nivel, directivas de empresas, etc. Dicha legislación contemplaba que los talentos atraídos cotizaran a Hacienda por sus altos sueldos un 24%, muy lejos del tipo impositivo máximo en ese momento del 43%. Un claro beneficio para aquellos que más ganaban y que atrajo a futbolistas de primer nivel. De ahí que la medida se llamase Ley Beckham por ser este futbolista uno de los primeros beneficiados. De la mano de esta ley no mejoramos en investigación científica, pero eso sí, reforzamos la competitividad de los equipos de fútbol del país. Esta ley trataba al talento humano como un producto con valor exclusivamente monetario e incentivos exclusivamente fiscales: no generaba un entorno ni unas condiciones laborales atractivas.

Muy al contrario de la ley Aznar, el Parlamento Andaluz aprobó el pasado Diciembre la Ley de medidas urgentes para favorecer la inserción laboral, la estabilidad en el empleo, el retorno del talento y el fomento del trabajo autónomo. Esta ley, en cuanto a lo que tiene que ver con el Retorno del Talento, busca cumplir con el objetivo de “favorecer la incorporación al mercado de trabajo andaluz a aquellas personas que se vieron abocadas a buscar oportunidades de empleo fuera del mismo mediante la convocatoria de líneas de ayudas: una destinada a las entidades empleadoras que contraten a personas andaluzas retornadas y otra destinada a las propias personas contratadas para facilitarles el traslado de residencia”. Dotado con 8 millones de euros, el programa pretende generar proyectos atractivos y estables para el desarrollo de profesionales que retornen a nuestra tierra, así como facilitar dicho retorno mediante ayudas económicas al traslado, alojamiento y escolarización. Está destinado a menores de 45 años con titulación de grado oficial o equivalente que trabajen y residan en el extranjero en, al menos, los dos últimos años.

Sin embargo la fuga de talentos requiere más esfuerzos, y en este sentido, el Programa Electoral del PSOE para el próximo 26J contempla un Plan Especial para la incorporación, recuperación y consolidación del talento científico que en colaboración con las Comunidades Autónomas, las Universidades, los organismos públicos de investigación y otros centros de investigación públicos y privados, permita incorporar con criterios de excelencia a 10.000 investigadoras en cuatro años, con especial atención a las que se encuentran en las etapas iniciales de su carrera, dotándolos de medios y recursos necesarios para alcanzar ese objetivo.

La legislación de la Junta de Andalucía para el retorno del talento y la medidas contempladas en el Programa Electoral de Pedro Sánchez para un futuro gobierno central socialista preocupado por sus jóvenes investigadores son una apuesta decidida y real. Son parte de la inversión en un nuevo modelo productivo. Seguro que el Parque Tecnológico de la Salud y sus empresas de I+D+I, serán un buen destino de acogida, entre otros espacios productivos de nuestra tierra.

La juventud no puede esperar más. Démosle esa oportunidad a quienes lo desean.

Olga Manzano
Parlamentaria andaluza del PSOE por la provincia de Granada

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